CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

11 junio 2006

El violinista

"La mañana se atesta de sonrisas invertidas, prisas, malos olores, malos despertares. La gente camina sin mirar a nadie movida por una rutina adherida a la suela des sus zapatos. Nada parece humano. Pero tú estás ahí; Vivaldi está ahí reventando el hastío y enlenteciendo mi paso. Me dejo llevar por la cinta mecánica y camino despacio hasta que ya no puedo oírte; luego el violín sigue sonando en mi cabeza hasta el final del trayecto, como una canción de cuna que me llevo a la cama. No puedo hacer otra cosa sino darte las gracias"

Esta nota se la escribí a un violinista que toca en la estación algunas mañanas, cuando regreso del trabajo y voy a casa a dormir. Nunca me atreví a dársela. Me limitaba a dejar algunas monedas en la caja de su violín y a intercambiar sonrisas. Luego el contacto visual era cada vez más prolongado hasta que llegaron las miradas y sonrisas cómplices mientras él no paraba de tocar y yo no paraba de escucharle. Un día se acercó a mí y me dijo que había grabado un disco. Quedamos algunas veces en ese mismo lugar, pero las circunstancias, principalmente cambios de turno, hacían que no coincidiéramos. Llevábamos varias semanas sin vernos y finalmente me ha dejado su tarjeta y hemos quedado para tomar un té. Ya una vez me dio su teléfono, pero tuve que confesar que me dio vergüenza llamarle, pues no sabía cómo iniciar la conversación y porque tiene un nombre muy difícil de pronunciar.
Siento cierta admiración por los que saben tocar el violín o el piano, o cualquier otro instrumento, pues soy una negada para el ritmo y la música y me siento muy pequeña ante los músicos y bailarines, como me pasaba con Fran (con su don de la voz) o Jade (con su don de la danza).
Sigo pensando en los encuentros mágicos.
Saber que es profesor de violín y piano me ha despertado curiosidad y al mismo tiempo la certeza de saberme en un mundo distinto, pues para mí la música no es importante. ¿Por qué los profesores me despiertan siempre cierto morbo, curiosidad y coqueteo? No sé, pero siempre ha sido así. "Soy profesor" es una especie de frase mágica que aumenta el atractivo de quien la pronuncia del mismo modo que para otras mujeres esta frase es "soy médico" o "tengo un porche".
Aparte de este arrebato de morbo y coquetería, ha sido la única tentación que he sentido de comunicarme, tomar algo con alguien, salir del trabajo y la casa. Llevo unos días sin sentir la necesidad de hablar o recibir algún tipo de gesto o abrazo fuera del ámbito estrictamente laboral. Paso en soledad la mayor parte de mi tiempo libre, durmiendo o sentada en el suelo del balcón sin hacer nada más que pensar. Estoy tranquila y no estoy triste; es sólo que me apetece quedarme a solas con mim ombligo y con Bach. Me rodeo de almohadones que simulan abrazos y medito buscando respuestas prácticas y realistas. ¿Qué hay en mi vientre sino un minúsculo signo de interrogación? A eso me parece que se parece. Lamento el estado en el que está su padre y me pregunto qué le puedo dar. Todo es muy caro, todo parece a veces demasiado difícil y, aunque tengo la intuición de que todo irá bien, eso es lo único que tengo: la intuición.

07 junio 2006

Cinco centímetros

Mueves los brazos y las piernas; intentas cerrar el puño; giras la cabecita; casi eres capaz de sonreír y ya le sacas las uñas al mundo. Mides casi como mi dedo meñique y tienes forma de persona. Como un gnomo.


No hay ayudas para nosotros, o son muy escasas. Lo más que podemos esperar es una vivienda la mitad de barata. Mi contrato se acaba a finales de año y por entonces no creo que me lo renueven. Contamos con unos meses de baja y unos meses de paro. Sé que necesitas que duerma, pero yo necesito estar despierta cariño. Mamá tiene que hacer muchas cosas para que empecemos el año con más seguridad y no nos falte nada. Hoy estoy un poco asustada cielo.
Anoche desperté sobresaltada por un dolor de oído, grité y giré la mirada buscando a un fantasma. Sé que no hay nadie a mi lado cuando despierto, pero siempre miro por si acaso. Una hora y media antes (papá me suele recordar a las cuatro de la madrugada, no sé por qué) recibí una amenaza en forma de promesa (o viceversa) que decía: "a partir de mañana no sabrás nada más de mí".
Raro es el suicida que lo anuncia. A veces el falso suicida en su intento desesperado por llamar la atención lo logra sin querer lograrlo. En verdad tu padre le tiene miedo a la muerte. Mucho miedo. Es un asiduo de urgencias que juega a quererse morir.
Le recuerdo a veces, cuando era como un niño grande jugando en la bañera, cuando me enseñaba los videos de cuando era famoso y se miraba a sí mismo añorando ese genio que nunca perdió realmente, pero que le costaba demasiado esfuerzo volver a mostrar. Nadie le enseñó música. No tenía puta idea de solfeo. Pero componía y tocaba la guitarra como si hubiera ido a una escuela. Escribía muy bien. Publicó un libro que voy a encargar para guardarlo y poderte mostrar cuando me lo pidas. La fama y el dinero se lo comieron a bocados hasta dejarlo hecho un suspiro y vivía atrapado en sus recuerdos sin intentar fabricar recuerdos mejores. Sólo hablaba del pasado glorioso que tuvo y llevaba más años lamentándose de lo que había perdido que el tiempo que lo disfrutó. Mientras me tuvo cerca le brotó la esperanza varias veces, pero sólo fueron brotes tempranos y aún era invierno para él. Entonces cogía la guitarra y empezaba a hacer acordes, o juraba que mañana mismo cogía su guitarra y se ponía a aprender de nuevo. A mí me gustaba creerle; él sabía que no me movería por lástima; buscaba una mujer que le sacara del hoyo y yo buscaba un hombre que saliera solo de sus propios hoyos... y en menudo agujero estamos metidas tú y yo .
Hoy pensé que serías mujer y que te llamaría Tzade. Es como llamarte como a mí sin llamarte como yo. ¿Qué te parece?
Siento hablar de papá como si ya estuviera muerto. Tengo la intuición de que serás una hija póstuma, y a veces (lo siento mucho) el deseo de que sea así; por nuestra seguridad, sólo por eso. Últimamente los miserables del suburbano me lo recuerdan tanto... Ayer pensé en él cuando ví a uno de ellos y en el camino pensé que ya era un fantasma. Esta noche recibo su mensaje y una parte de mí me lo anuncia y yo sé que lloraré cuando lo sepa.
Hoy mamá está triste y asustada. Pero no te preocupes. Los días nublados son así.
Un beso mi vida. Me voy a trabajar

06 junio 2006

Girar la cara

Es un milagro que Clara siga viva. La volví a ver en el tren de regreso a casa, todavía más flaca, todavía más sucia, aún más ausente. Pedía como si los demás le debieran algo. Cada una des sus vértebras luchaba por salirse de aquella espalda sobre la que pesaba demasiada negligencia. Ella sabía que nadie le daría nada y nadie le dio nada. Dolía verla: dolía su hilo de voz, su mirada inundada de muerte, su caminar doliente por el vagón que apestaba a humanidad podrida. Todos sabemos lo que será de ella; la desesperación era suya; la desesperanza era nuestra.
¿Llega un momento en el que dejamos de importar a todo el mundo? Yo, que tanto caminé de puntillas al borde del abismo sin contemplar las posibles muertes, no puedo evitar preguntarme cuán cerca estuve del traspiés definitivo, ese que, como un engranaje mágico y siniestro, hace girar de un golpe todas las cabezas hacia donde tú no estás. Y quién sabe hasta qué punto es cuestión de suerte porque... un artista famoso giró la cabeza mientras dormía, se golpeó contra el pico de la mesilla de noche y murió y no hace mucho un jovén cayó de pie desde un sexto piso y no tiene ni moratones.
A lo mejor ese cruel y simplista "tú te lo has buscado" resulta ser mucho más complejo de lo que creemos y a lo mejor solo somos dueños de nuestro destino en cierto modo y en cierto momento; cuando el destino se duerme o se sienta a ver lo que hacemos por nuestra cuenta.
Lo triste no es que clara se muera; la gente muere cada día, es normal. Lo triste es saberla ciega, sorda, muda y muerta ahora, antes de que su posición deje de ser vertical para siempre (a no ser que dado el índice de saturación de los cementerios nos empiecen a enterrar de pie). Lo triste es que todos giremos el cuello y que un día se marche sin que nadie conozca su por qué, su historia, su nombre (recuerdo que inventé este nombre por llamarla de alguna manera y que no se me ocurrió preguntárselo).
Yo creo que no estamos libres de ese final. Que con nuestros actos podemos aumentar o disminuir la posibilidad de que eso suceda pero siempre quedan grietas para la locura, la soledad y el abandono y que, aunque sólo fuera por eso, sería mejor no girar la cabeza.

02 junio 2006

Segunda familia, nombres y opciones

Durante tres cursos consecutivos he sido la profesora/amiga/niñera/psicóloga de la familia de Rosendo. Han sido muchas horas extras sin pagar porque me sentía a gusto a su lado. Celebré con ellos la noche vieja, las niñas han estado en mi casa varias veces, cuidé de las pequeñas cuando murió su padre y el tiempo ha ido creando entre nosotros un vínculo muy diferente al profesional.
Desde que supo que estaba embarazada, la pequeña Carla, que tiene 9 años, no asistía a mis clases y cuando lo hacía era un remolino indomable. Cuando ayer su hermana comentó que estaba celosa porque pensaba que yo ya no la iba a querer igual tiró libros y muebles, cogió una rabieta y empezó a llorar. Este fin de semana las mellizas van a dormir en mi casa y les estaba explicando cómo iban a ser las cosas, pero sin incluírla a ella, ya que no estaba dispuesta a venir. Me fui acercando poco a poco a Carla (como el que se acerca a un animal asustado) y le dije "y si tú quieres, también puedes venir, aunque no te hayas portado bien y me gustaría que vinieras porque yo te quiero igual, aunque te pongas así. Cuando te portas bien me pongo contenta, pero siempre te voy a querer, aunque tú me digas que no me quieres". Luego les expliqué que el bebé se entera de todo y que cuando yo soy feliz él es feliz y cuando ellas gritan él lo escucha y que por eso me gustaría que todo estuviera tranquilo a mi alrededor.
Luego su madre dijo que si yo quería me podía ir a vivir a la parte de arriba de la casa (que es casi tan grande como mi apartamento). Un pacto en el que yo había pensado y que había sugerido que consiste en que yo les doy las clases gratis y ellas cuidan de mi hijo cuando yo tenga guardia nocturna. Ahí queda esa opción. En cuanto a la mayor, ya se autodenomina "tita Alba" y repite a menudo lo bonito que es su nombre para una niña. El pacto no está mal y creo que nos viene bien a ambas, ya que a menudo la madre no tiene más remedio que dejar a las niñas solas y la casa es demasiado trabajo para ella sola. Aunque no les he dado una respuesta, sé que cuento con ello. En todo caso no renunciaría a mi apartamento, que mantendría para regresar a los pocos meses, cuando todo se normalizara, trabajar en mis proyectos y recibir visitas de amigos y familiares cuando fuera necesario.
A menudo me he sentido parte integrante de esa familia y ayer fue uno de esos días, cuando al final de la clase (el durante fue casi un desastre) me sentí arropada por las tres hermanas, compitiendo por el nombre más bonito, cuidar del bebé y tenerlo en sus brazos.
El nombre del bebé fue el tema central de la conversación de despedida:
Si es niño: Gabriel, Julio, Daniel, Manuel
Si es niña: Paula, Alba, Blanca, Clara, Ángela, Isabel...
Sigo admitiendo sugerencias
Se aceptan apuestas. La eco queda para el 25 de Junio
Hay en Pinto un centro donde hacen ecografías tridimensionales y las graban en video, pero cuesta un pastón.
Su papá llamó de nuevo a las cuatro de la madrugada, pero no escuché la llamada.
No sé si debería cogerle el teléfono la próxima vez que lo escuche.
Sigo debatiéndome entre su derecho a saberlo y nuestro derecho a la seguridad. Y me decanto claramente por el segundo derecho.
Ya que sé que no se marchará de la ciudad, sigo contemplando mi huída como una opción.
Ojalá todo fuera más sencillo. Pero de todos modos es maravilloso sentir que cuento con tantas personas, que no estaré sola con esto y que mi bebé empieza a ser aceptado y querido por todos, incluso por mis hermanos (ayer me llamaron los tres y no han vuelto a proponer el aborto). Ya solo quedan mis padres. Pero me resultará más sencillo decírselo ahora, que cuento con la segunda familia para las últimas semanas de embarazo y después del nacimiento. Por cierto, Alba quiere acompañarme a la ecografía. Será una bonita lección de ciencias.