CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

17 mayo 2007

No todo es tan bonito.

Hace unos días fue mi cumpleaños, día en que tengo por costumbre hacer un repaso de mi vida y planes para el futuro. No fue un cumpleaños feliz, no han sido especialmente felices los últimos cumpleaños. Me sentí sola y fue un día especialmente insulso y aburrido además de latoso, ya que Ángel estuvo molesto, no sé bien si por la ausencia de su abuela, los gases, los dientes o todo un poco . Así que hoy me puse en movimiento y he estado informándome de trámites y papeleos que tengo que hacer para llevar a cabo uno de mis grandes proyectos, que es formar un hogar de acogida, ahora que no tengo pareja que me lo impida ni deseos de tenerla, ni necesidad.
REcuerdo las palabras de Gabriel hace dos cumpleaños, cuando como una amenaza me recordaba la cercanía de los cuarenta y la posibilidad de quedarme sola para siempre si no comenzaba pronto una relación estable, como si eso supusiera garantía de no-soledad al cabo de siete años. Mi tía Joaquina se casó a los cuarenta y dos y tuvo cinco hijos y fue muy feliz. Mi vecina se divorcia pasados los cincuenta porque su marido se enamoró de una cubanita por internet. Si algo garantiza nuestra infelicidad es el hecho de conformarnos por temor a no encontrar algo mejor.
Amar significa correr riesgos para los que no me encuentro capacitada ni dispuesta. Ya más tranquila a ese respecto vivo centrada en hijo-trabajo-estudios-sueños, por ese mismo orden y he descartado la idea de compartir mi vida con "ese alguien", pero sí deseo compartirla con otras personas y dar de ese modo ese amor que parece sobrarme adentro, a pesar de mi hijo, a pesar de la familia, amigos y pacientes.
Tengo para mi hijo planes preciosos que no incluyen darle todo lo que quiera, pero sí todo lo que necesite y todo lo que sé; quiero darle esas cosas para las que los bancos no piden aval...
Junto a los sueños hilados en ratos de calma, la mayor parte del día la paso lidiando con la dura realidad que supone ser madre soltera en Madrid sin llegar a ser mileurista. No he obtenido plaza en la guardería pública porque ser inmigrante, aunque éste gane más que yo, da más puntos que ser madre soltera. Hoy por hoy mis gastos superan mis ingresos y a veces me siento atrapada en una red de burocracias y trámites que gastan mi energía sin llegar a ninguna parte. Por otro lado Ángel es un niño muy despierto para su edad que reclama atención constantemente y que hace muy difícil cubrir los mínimos del día a día, hasta el punto en que algunas veces no me deja ni comer. Menos mal que al menos me deja dormir. Todo eso complica aún más la posibilidad de salir de esta sin acabar viviendo con los abuelos y lo cierto es que las cosas se ponen cada vez más difíciles y ensombrecen esa felicidad que todo el mundo me supone porque cuando estoy con mi hijo parece que todo es maravilloso y todas estas "incomodidades" se relativizan cuando tengo que limpiarme literalmente la baba ante sus gestos, balbuceos y miradas.