CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

08 agosto 2005

Olivares amados, cuánto os extraño




Sangre de oliva virgen,
corazón de aceituna,
cuánto te echo de menos
en las noches sin luna.








Recuerdo aquella noche, paseando entre olivos a mediados de agosto entre los olivares de Sierra de Segura, alumbrada tan sólo por la luna y su reflejo plateado en las hojas de un olivar envejecido. Bajo mis pies el "quejío" agonizante de la sedienta tierra y los grillos haciendo una fiesta. Lágrimas de San Lorenzo, polvo y sudor entre los dedos, la promesa del agua en el olor a ozono y el susurro del tímido viento entre las ramas.


Savia de sabios años
y tronco retorcío,
cuánto te echo de menos:
compañero y amigo.





Cuando viví en el Norte y regresé al sur por Navidad los olivos fueron los primeros en darme la bienvenida. Sus hojas bañadas en plata y escarcha me abrazaron el alma dolida de su ausencia.

Manantial de oro puro
con el traje de plata y de barro:
me ha escocío
mirar al horizonte y no encontrarte
latiendo sobre el fuego y bajo el frío
con el brío, la fuerza y el coraje
que no niega su fruto verdinegro
a pesar del estío del verano
y a pesar de las nieves del invierno.




Yo no sé cuándo podré verte, largo, inacabable, cercano y viejo amigo olivar bajo la Via Láctea, sobre la tierra cuarteada, entre jara y romero. Ya no sé si algún día vuelva a soñar apoyando mi espalda en tu sufrido tronco. Añorado olivar de mis entrañas, que me viste mirarte tantas veces creyendo que crecías triste y angustiado...
Cómo echo de menos Sierra Morena y tú, a sus faldas, siempre cantando:

con esa voz verde y negra,
con esa voz de hoja y barro,
con tu sangre de oro puro,
y tu tronco desgarrao





Quiero regresar y ver
la oliva de Fuentebuena.


http://www.promojaen.es/aemo/fuentebuena.htm

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