CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

12 abril 2005

Energías renovándose

Hoy ya amanecí bastante mejor, y eso que no pasé buena noche. Sigo estando dolorida y congestionada, pero al menos desperté con ganas de afrontar el resto del día y con las fuerzas suficientes para creer que podré hacerlo. En estos días se me ha acumulado bastante trabajo, algo que no me puedo permitir a estas alturas, con mayo a la vuelta de la esquina, las recuperaciones, los alumnos histéricos...
Soy consciente de mis limitaciones y trato de compensarlas de la mejor manera posible. La falta de material fue una de ellas, ahora con internet e impresora en casa, he mejorado bastante la calidad de mi trabajo y me permite ahorrar bastante tiempo. No he estado fresca este segundo trimestre y se ha notado en un fracaso escolar más elevado que el año pasado por estas fechas. 6/11 mejoraron, 1 empeoró y cuatro se mantuvieron. Me falta tiempo, pero no tengo más remedio que analizar mejor sus historias para buscar mejores métodos de tratamiento. Este trimestre hablo más con ellos, mejor dicho, dejo que hablen más conmigo. A menudo quince minutos de charla al principio de la clase resultan más efectivos que una hora de didáctica intensa. Los padres siguen sin hacerme mucho caso, así que no puedo poner mucho peso en ellos. Es difícil hacerles comprender cosas tan simples como no convertir a sus hijos en el blanco de su ira, no gritarles, no dar importancia a cosas que son más que normales en un adolescente...
Este trimestre cinco de los once son nuevos. Por cierto, hoy es el cumpleaños de una de ellos: D14-3. Dar clase con ella es una gloria, porque es participativa y se centra en la clase. Además cada día es un poco más aplicada y creo que pronto se verán los frutos. Su hermano mayor fue alumno mío el año pasado, sus notas mejoraron pero no fueron suficientes para pasar el curso. Este año está sacando sobresalientes. La verdad, es un alumno muy inteligente y una gran persona.
El año pasado también fue un trimestre duro pero resultó muy gratificante.
Bendigo el día en el que rechacé una oferta como secretaria en Pinto. Tal vez estaría económicamente más desahogada. Pero la compensación humana no tiene precio. Dije “sólo acepto trabajar con niños, gracias”. Por supuesto, no volvieron a llamarme. Pero desde entonces soy mucho más feliz, siento que estoy en mi lugar o, al menos, más cerca que nunca de mi lugar. Me siento querida y respetada y creo que siendo secretaria, no hubiera superado tan aprisa mi tristeza. Podía despertar llorando, podía estar destrozada... pero llegaban las tres y estaba jugando al escondite con D. Y volvía a casa riéndome, a veces a carcajadas, con alguna que otra gracia de las mellizas.
Ya son las nueve: ¡A trabajar!