CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

20 octubre 2008

Flash back

Exactamente igual que hace once años, esta madrugada me asomé a la ventana para fumarme un cigarrillo, igual que aquellos insomnios del siglo pasado; igual que entonces, contemplé un cielo en el que todas las estrellas parecían haberse ido de vacaciones y volví a sentir la necesidad de contemplar un paisaje distinto y sentí también el deseo de sentir en mi nuca la respiración de alguien que me abrazara.
Era como si el tiempo se hubiera detenido en aquel instante, pocos días antes de partir con cuanto me cabía en la mochila a una ciudad que desconocía y sin dinero para regresar, sólo por amor.
En aquel momento fue como si no hubieran pasado once años, como si no me hubiera enamorado jamás, como si todo hubiera sido un sueño largo y pesado, de esos en los que te despiertas con dolor de cabeza y empapada en sudor, con un traje tan pesado que pasas varios minutos despierta antes de poner un pie en el suelo.
Eso sí, al apagar el cigarrillo volví a una cama diferente, a una habitación que no era la mía y en ella una cuna y en la cuna un niño y en el niño la paz soñada que la madurez nunca nos devolverá.
Por aquel entonces ya deseaba ser madre, antes de tener pareja, antes de embarcarme en una aventura que para algunos fue una decisión valiente y para otros una estúpida temeridad... y para mí una liberación. Imaginaba que concebiría a mi hijo en circunstancias distintas y que le criaría en circunstancias distintas también, pero lo que no se me ocurrió imaginar fue que criaría al niño más feliz del mundo.
Angel rebosa felicidad dondequiera que va. Siempre con la sonrisa encendida iluminándolo todo. Es tan fácil hacerle reír...
Algún día Ángel mirará por la ventana soñando con un paisaje distinto, ojalá no fume, y se marchará por esos mundos mochila al hombro en busca de un sueño. O a lo peor por entonces las hipotecas están por las nubes y le tengo en casa hasta los cuarenta. O a lo peor dentro de cuarenta años ya no nos queda mundo y sólo pululan por él ratas y cucarachas.
Necesito un café.