CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

29 mayo 2010

come come premenstrual

Da la impresión de habitar un sistema que ya no se sostiene a sí mismo. El ser humano se debate entre cubrir sus necesidades básicas aderezadas con ecesidades estúpidas que suelen ser las que más coste representan. Vivir .
a punto del chungo cardíaco para pagar la hipoteca y la comunión de la niña (por suerte no tengo propiedades ni mi hijo está matriculado en Religión). Trabajar para pagar a la niñera mientras una se realiza como mujer en un trabajo de mierda que le deja lo justo para cuatro trapos y medo mentras la kanguro le asalta la nevera y enseña al niño a entretenerse solo para poder pasar la tarde con el novio al teléfono o estudiar el próximo examen de la facultad.
¿Qué pasará cuando todo estalle? ¿Cuánto hace que se murió la gallina de los huevos de oro y el ser humano flota en una ciénaga donde los artistas se tiran pedos con olor a rosas. No debería alarmarme, he vivido en crisis toda mi puta vida pero estoy tan cansada, el esfuerzo es tan grande y los frutos tan pequeños que estoy a punto de convertirme en carne de reality.
El futuro es más sencillo para la ex-del torero... más sencillo para la que nunca estuvo con el torero, lo cuenta, lo desmiente y se gana la vida gritando cuatro ordinarieces sin sentido en la pequeña pantalla: juzgando a todo Dios e indignándose cuando la juzgan... son cosas que pasan.
Todo está puesto del revés y bajo el cielo azul y el sol justiciero busco el aire, respiro a trompicones y con cuidado de no quejarme de más porque son demasiados los que tienen todavía menos y porque, total, no sirve de nada y prefiero derrochar energía en esperanzas vanas antes que darle las vueltas a mi propia mierda, que no por eso va a oler mejor.
Ahora que he cometido la irresponsabilidad de dejar caer a mi hijo en este mundo, lo que me queda es hacerlo un poco mejor y darle lo único que tengo: valor, esperanza y un cachito de sentido común (sin pasarme pero por lo que veo más que la media).
Ninguna madre debería derrumbarse mientras su hijo crece. Después de pensar durante horas a quién cedería la tutela de mi hijo si me muriera (si el Gobierno me dejara decidirlo, que también tiene cresta de ola el asunto) llegué a la conclusión de que no conozco a nadie mejor que yo misma, así que más me vale seguir viva de momento y no rendirme.
No tengo más legado que mi tiempo. No lo lamento. El tiempo es precoso pero llevo mal la cuenta y no sé cuánto me queda.
A veces la mañana se me queda agujereada de huecos para comerse el coco y pasar el rato, de ahí mi creciente adicción a los puzzles japoneses.
¿Cómo fijas la vista en un punto cuando todo gira?