CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

16 agosto 2005

¿Qué hago con los cristales rotos?

Pero cada vez que la flaca recuperaba la alegría de vivir la muerte que tantas veces la escupió la rondaba en forma de desamor, hundiendo aún más el fondo de sus ojos y arrastrando cielo abajo todos y cada uno de sus sueños, porque no había lugar para la alegría en las venas de la flaca.
Y fue así como aquella noche la flaca vio los fuegos de lejos y luego buscó la risa fácil en brazos del alcohol una vez más. Bailaron muchos con ella y la flaca bailaba sola a espaldas de la ternura. Ella bailaba y su corazón la miraba sentado y enjuto desde la esquina más oscura de un pub.
Hubo quien supo ver un trozo del corazón de la flaca y la arropó entre meneítos y bachatas. Pero eran muchos los que se disputaban esa noche su negro escote y el secreto de sus piernas y ella siguió bailando y dando vueltas despidiendo (quieriendo despedir) a la vida entre risas.
Regresó sola al amanecer y al llegar el día la flaca estaba hecha pedazos.
A decir verdad, no encuentro motivos ni fuerzas para unir los cristales de la flaca.

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