CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

12 agosto 2005

Por un beso la flaca daría lo que fuera





"Flaca de amor como un galgo
con pulgas de desengaño
hurgando en mi cicatriz..."
(Pasión Vega)






Después de varios meses, recuperé el disco de Pasión Vega y "flaca de amor" fue la primera canción que escuché; curioso, después de mi flash-on del otro día.
Llevo varios días siendo la flaca de mi relato y empiezo a preguntarme por qué el orgullo me impide dejar que me rescate otra mano, más fuerte y cálida que el simple pasar del tiempo.
Aunque fue un "cachito de idea", como me gusta a mi llamar a mis relatos cortos, hay mucho de mí en "la flaca", o puede decirse que la flaca me habita y bucea en mis venas buscándome el corazón, tal vez quiere avisarme; si cierro los ojos puedo verla, tal como la imaginé, aun vestida de blanco entre las cajas de cemento gris donde habitan personas, tejiendo poemas con el hilo de su llanto contenido, levitando sobre sus tacones agotados de compases extraños, sonriendo al cortar flores, olvidando la última vez que lloró (aunque no hubieran pasado cinco minutos) al ver pasar una cigüeña volando y sin querer echarse las manos a su vientre, vacío y seco.
Y yo ayer, regresando sola de madrugada, tratando de engañarme absurdamente con el gusto que da volverse para casa cuando a una le da la gana y lo bien que se está solo, fui la flaca una vez más. Malditas las cartas que jugué; yo tenía un pócker y me ganaron con un farol.

"Cada tarde te veía
siempre en la misma estación
tú, sin saber que existía;
yo esperando al cercanías
destino a tu corazón,
para subirme algun día.

Por el andén te buscaba
y tu mirabas atrás;
Dios mio si se cruzaran,
mi mirada y tu mirada
ya no habria libertad,
ni tesoro que cambiara
por esa casualidad.

Y es que el destino es amargo,
al menos para mí,
no quiso presentarnos
aquella tarde de Abril.
Y ahora me tienes aquí,
flaca de amor como un galgo,
con pulgas que van soñando
de un rail a otro rail.

Pero a suerte fue amable
al menos por una vez
y quiso un día sentarme,
misma hora, misma tarde,
mismo vagón, mismo tren,
mismas ganas de abrazarte.

Mil estaciones pasaron
y no quisimos bajar,
aún sabiendo de antemano,
que el trayecto es limitado
y el tren tiene que parar.
Pues más tarde o más temprano
hay que asumir el final.
Porque el destino es amargo,
al menos para mí,
quiso otra vez separarnos
aquella tarde de Abril.
Y ahora me tienes aquí,
flaca de amor como un galgo,
con pulgas que añoran tanto
tu amor de ferrocarril.

Aún recorro cada tarde,
la que fué nuestra estación,
por si acaso al cercanias,
le dá por volver un día,
a este triste corazón,
descarrilado en la vía.

Tu billete era de ida,
sé que no regresarás,
tu mirada lo advertía,
en aquella despedida
como en otro tiempo atrás,
al cruzarse con la mía,
que cruel casualidad.

Ves que el destino es amargo,
al menos para mí,
no quiso inmortalizarnos,
aquella tarde de Abril.
Y ahora me tienes aquí,
flaca de amor como un galgo
con pulgas de desengaño,
hurgando en mi cicatriz..."
(Pasión Vega)