CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

01 octubre 2005

Lo que importa es la leche

Hoy leí en alguna parte nosequé historia sobre la teta y la leche. Lo importante no es la teta, sino la leche... se lo deberían recordar a algunos seres nauseabundos de esos que clavan su mirada en tu delantera sin pudor como una asquerosa estaca. Pero no iba a eso, a lo que iba es a las relaciones de dependencia que llegamos a crear con determinadas personas pensando que nadie más nos puede dar más de lo mismo, sin darnos cuenta que en realidad recibimos en función de lo que tenemos adentro; a lo que me refiero es a que no tenemos por qué perder nuestra capacidad de amar apasionadamente, perdernos en otra mirada, gozar de las risas previas al sueño o hacer un pastel de chocolate (odio el chocolate) sólo porque le gusta al otro, por verle la cara... nadie está capacitado para robarnos eso y si creemos que alguien tiene ese poder estamos siendo un poco gilipollas, con perdón. Y la verdad que pequé de seguir empeñada en chupar una teta que en los últimos meses no era capaz de dar sino leche agria, si es que daba algo, confiada en que más tarde o más temprano manarían las cálidas gotas que un día me alimentaron el espíritu y que ahora me sangraban el paladar llenando mi boca sedienta de dolidas llagas. Y mientras el dueño de la teta en cuestión prometía volver a manar para mí, moría de hambre y de sed mientras él daba su esencia a beber a otras bocas más lindas, más listas, o más putas. Y cuando tuvo la dignidad de ser sincero consigo mismo y hacerme saber que nunca más me daría de beber lloré por la estéril tetina durante meses como si no hubiera más alimento en el mundo. ¡Pero si el mundo está lleno de biberones! Mi único dilema es escogerlo ¿el que vive al otro lado del charco y está lejos, o el que vino del otro lado del charco y me trajo hoy las bolsas de la compra a casa? Si algo me garantiza que no estoy enamorada es no saber escoger. Cuando uno ama tiene la certeza.