CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

11 octubre 2005

Never more.

Ayer fui a trabajar por error. El cachondeo fue generalizado ya que todo el equipo, tarde o temprano, cae en la misma trampa: la de los horarios vivos, la de los cambios de turnos, la de las agendas cuajaditas de notas y de tippex... cuando menos te lo esperas estás donde no tienes que estar.
Llegué como siempre llego, con la rutina de los turnos de tarde: bus-legazpi-coprar un sandwich y un zumo-comer en el metro-salir de la boca del suelo con cigarrillo en mano-saludar a pepa-coger un tazón y una cuchara de la cocina-prepararme un café-saludar a todo el mundo-sacar los móviles de la mochila-ponerme al día de los últimos casos-ponerme los cascos y entonces las jefas me llaman desde detrás del cristal muertas de risa. "¡cuánta gente hay hoy!" dijo la chica de la limpieza... entre risas alguien comentó "ya ves, viene quien no tiene que venir..."
Me gusta mi trabajo, me gusta el equipo, cómo trabajamos. Me regalaron el martes que viene a cambio del día de ayer; a la noche me pasé a saludar a Julio y luego estuve un buen rato con José Manuel. Julio pasó aquí su cuarta noche. Hoy nos hemos puesto serios por la mañana. Me pregunto qué límites serían capaces de salvar mis padres, si de pronto un día les llego con una tripa inmensa y el bebé sale mulato. Yo creo que se mueren del susto. Ellos no se consideran racistas, pero un día pregunté a mi madre qué pasaría si me echara un novio negro y casi se me echa a llorar. Pase lo que pase, estoy viviendo una linda aventura, que me roba tiempo de trabajo y que me roba sueño pero a cambio me da sensaciones inolvidables. Julio se parece tanto a mi prototipo de "hombre genial" que me da pavor enamorarme. Me cuesta despegarme de Julio por las mañanas, despertamos como si nos hubiéramos acostado muertos de deseo, cuando en realidad nos dormimos rendidos de amarnos. José Manuel me invita a la prudencia: "ten cuidado que tú estás muy falta de cariño... no quisiera tenerme que liar a ostias con nadie por tí". La caja de condones muere de risa en el salón mientras estallan fuegos artificiales en el dormitorio. Estoy como una puta cabra. Never more.