CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

02 octubre 2005

que el alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada

Hay miradas que van más allá del deseo, la superficie o el interés puntual. Y cuando eso ocurre una lo capta y es hermoso. Ayer fue un día lleno de esas miradas, de esas que hablan con los ojos y besan con la mirada como decía Bécquer en una rima que, si no recuerdo mal, decía algo así:

"Sabe, si alguna vez sus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada"

Comenzó con las miradas de tres niñas pequeñas que decían "De mayor quiero ser como tú", "te voy a hacer el dibujo más bonito del mundo", "te echaba de menos", "si no me haces nada de caso me voy a poner a dar la tabarra para que me prestes atención" y cosas así. Luego la mirada adolescente que decía "se me tiene que ocurrir algo para que no te vayas, no me resultas útil en este momento pero quiero que te quedes a mi lado", la mirada de una madre que decía "qué paciencia tienes hija mía"... luego me encucaraché durante horas en casa hasta que acerté a llamar a Julio el uruguayo, con una mirada franca y profunda que brillaba cada vez que decía algo en lo que coincidíamos, la mirada de Fati, su esposo y su hija; la mirada de Jorge, su novia y su cuñada... La última mirada de la noche fue una mirada de agradecimiento y cariño, nada que ver con las miradas pokemon que soporté a lo largo de la semana.
Ayer fue una noche cargada de miradas y por alguna razón creo que tiene algo que ver con que al despertar la cama no estaba destrozada como las últimas mañanas, bastó sentarme en la almohada y estirar las sábanas. Había dormido en la misma postura durante toda la noche. Esta noche no pasé nada de frío, bueno un poco hasta que me di cuenta de que la ventana estaba abierta...
El caso es que es hermoso que de cuando en cuando alguien te mire así, de todas esas maneras: con admiración, con confianza, con deseo, con agradecimiento, con cariño, con respeto. Estoy segura de que esta mañana mi mirada tenía más paz... y eso que mi alumna de 15 no tuvo nada mejor que hacer que timbrar a las once de la mañana porque le apeteció estudiar inglés un domingo en mi casa. Igual otro día me la hubiera desayunado, pero hoy desayuné con ella y la dejé estudiando mientras volví a la cama.
Es hermoso que alguien te mire así.

1 Comments:

  • At 10/05/2005 02:38:00 a. m., Blogger Hannah said…

    Si, es muy importante sentirse mirada de ese modo... Más aún cuando la mirada es de otro humano, y sublime cuando se le puede devolver la misma calidad de mirada. A mí, me han mirado alguna vez así. Y mis dos perras... ellas me miran así las veinticuatro horas del día.

    Un cordial saludo

    YoHannah

     

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