CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

09 agosto 2006


Bello, triste y tranquilo, como una puesta de sol, transcurre el tiempo y creces más rápido de lo que parece, con tonos suaves como un cosquilleo y feroces como un naranja incendiario. Nada nos nubla y todo es absurdo o ridículo como un aguacero a las tres de la tarde.
Supe que tu padre murió y no le lloré. Siento no sentirlo. Pero me dió más calma que pena saberlo y no puedo evitar sentirme como un monstruo. El violinista huyó no sé si por cobardía o por inteligencia y pienso en él sin sentirle. Se acercan muchos y les alejo con un gruñido antipático. Estoy bien sola; confieso que a veces echo de menos a alguien, pero no a cualquiera. Me siento contigo en el suelo del balcón cuando no me dejas dormir (maldita esa costumbre mía de dormir boca abajo) y miramos la luna y las estrellas. Yo te hablo, tú me burbujeas, yo me río, tú te mueves.
Escuché tu latido como el galope de un caballo y vi tu silueta, tu derecha en la mejilla y tu izquierda saludando.
Ayer ví mis primeros desnudos. Decidí posar para un artista que inmortalice la curva de mi vientre mes a mes en una serie de fotos que culminan contigo en mis brazos o dándote el pecho. Se expondrán en una sala de Madrid y en un rincón de casa que aún no he decidido.
Debo darme prisa con mi proyecto para que mi trabajo y tú seáis compatibles. Quiero estar contigo. No te dejé estar con el propósito de que le dieras sentido a mi vida pero lo cierto es que mi vida nunca tuvo tanto sentido como ahora.