CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

03 marzo 2009

Preguntas sin respuesta

Llegaste a mi vida en el momento más oportuno y en el peor de los momentos. Se me antojó que el destino me ahorraba contigo el peor de los dolores y que podría ofrecerte todo el amor que se me pudría en las manos. Confié en ti con la ceguera de la necesidad de confiar en alguien y quise creer que yo sería tu refugio y que tú me darías la paz. Me enamoré de ti y te recibí con todos los honores. No tiene sentido arrepentirse. A fin de cuentas, todas las historias que vivimos a lo largo de nuestra historia están destinadas a acabarse de un modo o de otro, antes o después. Para ti demasiado pronto; tal vez por eso te resistes a marcharte y tus cristales rotos me hieren los pies descalzos cuando me confío y pienso que mi playa está limpia. Eso es un fastidio, pero también es útil... me recuerda que he de tener cuidado con las personas como tú: caballeros salvadores de látigo en mano que rescatan o fustigan a su antojo, sabedores de todo, conocedores delas debillidades ajenas y ajeos a las suyas, adoradores de su supuesta perfección.
Debo tener cuidado de las personas como tú; del hombre perfecto, del Robin Hood-Peter Pan, amparados en su realidad indestructible, en sus esquemas bien construídos.
Quiero tener cuidado de las personas como tú, aquéllas que llenan y hartan en minutos o días, de ese tipo de personas que hacen que me avergüence de mí misma por haber sido tan estúpida como para tratar con ellas.
Crees que me comprendes. Yo ya no me esfuerzo en comprenderte. Sólo sé que te amé intensamente, que me desconcertaste, me heriste y me alejé definitivamente jurándome a mí misma no volver a verte y ser cauta con las personas como tú.
Me queda el vivo recuerdo de tu existencia y el recuerdo vivo de cómo no quiero sentirme nunca más. Eso y un montón de preguntas que quedaron sin responder.