CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

08 julio 2005

Qué gusto volver a saber de tí

Fue un encuentro cálido, corto, eso sí, pero no es más que el comienzo de nuevos encuentros. Ambos hemos confesado medio año loco del que casi no hemos querido hablar. Ambos nos hemos vuelto fumadores empedernidos. Ambos hemos estado sometidos a demasiados cambios y ambos nos estamos adaptanto aun.
Deseaba tanto volver a verte... presentía tus primeras palabras, son las primeras palabras de cualquiera que lleve más de un mes sin verme: "qué delgada estás"... no es un piropo, es algo que decís casi con cara de susto. Parecías preocupado por ello; bueno, no eres el único. Esta mañana me pesé en una farmacia; el IMC advertía que mi peso estaba por debajo del recomendado; peso 52kg, diez kilos menos que hace seis meses. Todos los pantalones y faldas se me quedaron anchos y hasta los sujetadores se me quedaron grandes. Veo a la estanquera de la Indiana una vez al mes más o menos y siempre me dice lo mismo "¿cómo has adelgazado tanto?; tienes que no comer" (me pilló)... yo le respondo "es que tengo mucho trajín".
Tu sonrisa continúa siendo increíble, tu calidez adorable y, no has querido llevarme al catre la primera noche, pues no es tu estilo. Vives cerca, tenemos tiempo. Tal vez te has tomado como una evasión no saber decirte si mañana trabajaba o no, sinceramente, no lo sabía. Hoy ya lo sé... mañana puedo estar contigo, más tranquilos los dos... o los tres, tal vez Shunna se apunte a un trivial y un billar.
A finales de julio será la despedida de la ONG. Este año parten para Guatemala; un año más pierdo la oportunidad a causa del trabajo, espero poder ir el próximo año. Hace ya mucho tiempo que deseo cruzar el charco. Hace también casi un año que muchos de ellos no me ven: ya comentaron mi delgadez cuando me vieron en septiembre y en enero. Tendré que volver a soportar sus comentarios ahora. Esta regla vino abundante y dolorosa y espero perder un par de kilos más para finales de Julio. Conozco mi cuerpo y las bromas que le gasta el verano: el calor acaba con mi apetito aunque tal vez coma más mientras Isabel está aquí.No sé durante cuánto tiempo más podré rehuir a mi madre; tampoco quiero que se asuste, ella que es tan dada a la alarma y al susto.
Por nada del mundo quisiera volver a cebarme como lo estaba hace un par de años. Me cedían el asiento en el metro y tren pensando que estaba embarazada, casi era humillante; me rendí al pasar de los meses y tiré mucha ropa que perdí la esperanza de poderme volver a poner. Ahora se me caen los vaqueros de la 36 y las faldas me dan la vuelta. Nunca seguí dietas, me negaba a depender de la imagen que me vendían los publicistas y una televisión plagada de cuerpos que se decían perfectos porque tenían hasta costillas de menos. Pero yo, que nunca pude donar sangre en la uni porque no llegaba al peso mínimo, acostumbrada a verme de toda la vida delgada por más que comiera, llegué a Madrid con 47 kg y tres años después me marchaba de la capital con 70kg. En Jaén iba andando a todas partes, también en Logroño, en Pinto también. He llegado a la conclusión de que el metro engorda; el metro, la salud, la felicidad, las cenas con proteínas y el trabajo sedentario. Ahora ha cambiado mi medio habitual de transporte, mis defensas orgánicas, mi estado habitual de ánimo, mis hábitos de alimentación y mi tipo de trabajo. Todo exige más movimiento. El que mueve las piernas, mueve el corazón.. y de paso rebaja la tripa. Además de hacer el amor, por lo general, con más frecuencia, duración e intensidad que cuando tenía pareja estable. El sexo adelgaza. El matrimonio engorda, no hay más que ver las fotos de la boda un año después con el esposo delante.