CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

20 octubre 2005

Hace frío

Sólo se me ocurren dos modos de soportar este frío de mierda: una, dormir con un amante que caliente tu lado de la cama antes de que te acuestes tú; otra, ponerse el anorak y arroparse en el edredón en el sofá, que es estrechito y así cuando te mueves el frío no te despierta; esto segundo es más viable, a no ser que salga ahora mismo y entre en el Charol y me traiga para casa el primer baboso desesperado que encuentre, de esos que andan apurando la hora de cierre de los bares que más impuestos pagan. Me sigue resultando más apetecible la opción del sofá.
El sujetador me aprieta desde hace horas y soy incapaz de quitarme la ropa. No sé cuándo piensan poner la calefacción central ¿a qué esperan? Ando por la casa con el abrigo puesto y no me siento los pies. Tengo que comprarme unas zapatillas de invierno para andar por la casa.
El frío me entró en el cuerpo hacia las diez de la noche, tomando unas copas con José Manuel. Me ha estado hablando de las virtudes de las agencias matrimoniales y tratando de convencerme de que me apunte a una. En ciertos momentos nuestra conversación, como tantas veces, ha rozado el absurdo. Pero nos hemos reído por primera vez en mucho tiempo. Me habló sabiamente, como suele hacer... me dijo "llámale, lo peor es la duda"
Hace unos minutos he decidido mandarle un mensaje "Mi cama está tan vacía sin tí que llevo dos noches durmiendo en el sofá", vendrá dentro de unos minutos. Son las tres y media de la madrugada. Sigo teniendo un frío espantoso y empiezo a creer que este frío va como de dentro afuera. Llevo dos días con un humor de perros, poco hábil, a veces los niños se me van de las manos. Tuve que anular la clase con el niño hiperactivo de las siete porque lo más que logré con él fue que se mantuviera sentado. En la clase anterior empujé a una alumna. A veces tengo ganas de golpearles; esto me lleva pasando dos días. Creo que debo tomarme un descanso, nunca antes me había ocurrido esto y me preocupa mucho.
Me siento terriblemente vulnerable. Igual debería dejarme caer. Confiar en alguien. A fin de cuentas todos necesitamos eso de vez en cuando: confesarnos débiles y vulnerables, dejarnos querer.
A menudo Julio me habla de mi gran capacidad de amar. No dudo tanto de ella como de mi capacidad de ser amada. Por eso, cuando algo comienza a tomar forma voy y la cago, de un modo u otro.
Le encargué a Julio un mate cuando Jorge marchó a Guatemala. De hecho encargué dos, uno de ellos para cuando él estuviera aquí, conmigo. ¿Por qué lo hice? La respuesta es la de siempre: "no lo sé". Comprendo que ha de ser complicado amar a una persona que siempre responde "no lo sé" y sentir que uno anda luchando no se sabe con qué elementos ni por cuánto tiempo. El amor sin condiciones es enfermizo y cruel. Cualquiera diría que a los seres humanos nos da miedo ser felices.
Sé que por el tono de Julio la conversación puede ser hiriente. Me preparo para "lo peor"... vete a saber qué cojones es lo peor, pero sea como sea siempre mejor que la incertidumbre.

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