CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

31 octubre 2005

La vida me regala un día

Mientras nacía la Infanta Leonor yo dormía sin darme cuenta de que varias horas antes había puesto agua a hervir en un cazo para hacerme una infusión. Si José Antonio no hubiera llamado dos veces tal vez ahora no estaría escribiendo estas letras. Ya es la segunda vez que me ocurre en tres días. Desde el balcón vio como me acercaba al teléfono sin responderlo. Luego llamó a la puerta ofreciéndome su amistad incondicional. Subió arriba y charlamos largo rato, nos despedimos con un abrazo y supo que era una despedida. Nunca me ha nacido buscarle y se ofende, está en su derecho, como yo en el mío de no llamar nunca. He echado a tanta gente de mi vida últimamente que una más no importa. Sonó todo a despedida porque diga como diga, siempre intenta algo más. Hasta hoy siempre había conseguido lo que quería. Pero hoy no. No quiero un amante de los domingos. Sus besos llegan tarde y apenas escucha... no escucha; poco pareció importarle que le hablara de mi retraso, de un posible embarazo, etc. Porque yo sí sé que la prueba dio negativa, pero él no lo sabe. ¿Por qué le probé? A veces es necesario para estar del todo segura, antes de descartar a alguien definitivamente de tu vida, necesitas saber que estás haciendo lo correcto. Y yo ahora lo sé. Vuelvo a dormir en el sofá. El corto horizonte se tiñe de rosa y violeta y al fin se enfriaron los fogones. Cuántas veces estamos al borde de la muerte sin darnos cuenta. Era necesario decir adiós, aunque nunca se sabe cuándo puedas volver a decir hola. Hoy derrochó ternura, tal vez porque una vocecita le avisaba que no iba a volver a verme en mucho tiempo. Aunque su razonamiento confunda los por qués y a mí me den lo mismo los motivos. No sé por qué me estoy despidiendo de la gente. Hoy llamé a mi hermano Dani y pasé con él un buen rato. Mañana por fin iré a ver a Adela, le sorprendió mi Sí tan fácil, tan desprendido, pasaré mañana con ella la noche, esa noche que dicen se abren ciertas puertas. Adela y yo siempre tuvimos sitio para la magia. Pasado al despertar me iré a Toledo. Buscaré planos y sitios para ver durante dos días. Tal vez entre en la catedral y me ponga bajo la linterna, a ver con el objetivo de una cámara desechable aquellas esculturas bellísimas que fueron puestas donde el ojo humano no llega, al menos el de miopes como yo y que recuerdan que la belleza puede estar oculta en cualquier parte y que no siempre se hacen cosas hermosas para que los demás las vean, igual que crecen las flores silvestres en una gruta inexplorada.
Convencida de que la belleza me espera no sé a dónde y agradecida porque la vida me ha regalado un día más sólo me queda emprender mi viaje buscando algo cierto, tan cierto y tan inmenso que quiera quedarme allí para siempre.

2 Comments:

  • At 11/01/2005 12:26:00 a. m., Blogger gallardo said…

    Uffff, que fuerte.
    Que bella la ilusión querida mía.
    Hay veces en que algo nos salva, y nunca tendremos explicación del porque.
    Creo que no era el momento, y solo debemos recobrar la conciencia, puesto que alguna veces el stress nos bloquea, y solo queremos ver nuestro ombligo.
    Besos y buen viaje

     
  • At 11/02/2005 06:34:00 p. m., Blogger Roberto Iza Valdés said…

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