CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

07 mayo 2006

¿Y si te regalaran 20 minutos?

"Si yo tuviera veinte minutos libres, los usaría para caminar lentamente hasta una fuente " (Antoine de Saint Exupery "El principito").
Hoy parece que todo sucedió hace siglos, incluso ayer. Eso ocurre cuando se vive con intensidad: el recuerdo de los acontecimientos se enlentece y el tiempo parece estirarse como un chicle de sabores múltiples (pensado así, gráficamente, da un poco de asco).
Hoy decidí vivir lentamente, respirar despacio, caminar despacio, comer despacio... después de mi turno de noche tardé más del triple de lo habitual en llegar a casa, me tomé mi tiempo para elegir el camisón, uno largo de seda que lamentablemente tiene una mancha de tinta al la altura del canalillo y me pregunto ¿Qué diría Weschler de todo esto?, gocé de su tacto suave y su color claro y luego dejé que mis pensamientos naufragaran hasta la orilla de la conciencia y entonces me dormí; me dormí y soñé algunas cosas rarísimas y graciosísimas como que me tiraba un pedo en un sitio reducido y todo el mundo supo enseguida que había sido yo y que me veía envuelta en un desfile en el que Lola Flores de niña me decía adios con la mano junto a otras cuatro Lolas Flores más de edades diversas. Desperté con disgusto y me puse una bata de terciopelo rojo que me encanta y que compré para presumir ante un hombre que nunca la llegó a ver.
Me regalé una mesa bonita para comer: con mantel, cubiertos plateados, vino y agua, macarrones, queso, huevos rellenos, leche frita y una infusión. Dormí una siesta, tomé café de Colombia y me vestí tranquila para volver al trabajo. De camino un borracho me llamó "maldita tía zorra" y comprobé mirando a los lados que se dirigía a mí. Sólo entonces aceleré un poco el paso, buscando el refugio del maloliente metro y una vez allí me dediqué, como tantas otras veces, a los puzles japoneses y a mirar a las personas.
Estoy tranquila y me gusta estarlo. Todo parece más claro y no es que mi vida haya cambiado tanto como para traerme la calma, pero desde que estoy más tranquila parece que todo es "menos peor".
Es increíble el efecto terapéutico que puede tener regalarse cada día un mínimo de 20 minutos de automimoseo: masaje de pies, comida rica en la mesa, un buen baño de espuma, una lectura agradable... lo que sea. Pero desde que lo hago me siento como si me limpiara las gafas y lo viera todo mucho más claro porque, a fin de cuentas, en veinte minutos no voy a acabar un proyecto, ni estudiar un tema, ni hacer un informe... y esos veinte minutos sin embargo, ayudan a que luego todo resulte mucho más sencillo. En esos veinte minutos me quito el reloj y no miro la agenda, no cojo libros de estudiar y tampoco valen para hacer la contabilidad (eso lo que menos). No valen para hacer planes, para quedar con nadie ni para leer prensa o ver noticias. No vale perderlos viendo la tele, eso no es mimarse. Solo sirven para hacer cualquier cosa, ajena a responsabilidades, que me haga sentir bien.

3 Comments:

  • At 5/07/2006 04:11:00 a. m., Blogger Avasallado said…

    No creo que nadie te pueda regalar tu tiempo... eres tú la que no debe "consumirlo" sino vivirlo.
    Saludos,

     
  • At 5/07/2006 04:32:00 a. m., Blogger Opalo said…

    Me parece muy buena decision: mimarse y tratar de hacer cosas que nos hagan sentir bien...pero no crees que 20 minutos es muy poco???:)

     
  • At 5/09/2006 12:50:00 a. m., Blogger c324r said…

    Esa receta es digna de ir al costado de la mejor caja de cereal del planeta... una receta que si vale la pena.

    Yo, de pronto, sentí ganas de irme a tirar a dormir... lo necesito tanto...

     

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