CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

22 mayo 2009

Amo a los toros, odio a los toreros.

A lo largo de mi vida he realizado un número indeterminado de acciones de las que no me siento orgullosa. A veces desearía haber actuado de otra manera. Asumir este hecho no borrará los errores cometidos y tampoco evitará que continúe cometiéndolos. Tampoco podré evitar juicios ajenos parciales, sesgados y subjetivos que encontrarán el modo de transformar una verdad parcial en una razón absoluta. El ser humano necesita simplificar las cosas. El ser humano necesita formular juicios y una vez seguro de ellos no hallará sino confirmaciones a los mismos. Restamos importancia o nos volvemos ciegos a todo aquello que contradice lo que creemos y sobreestimamos todo lo que lo confirma. Por este motivo es muy complicado que dos personas que tienen opiniones opuestas se lleguen a poner de acuerdo. Al final todo se resuelve del mismo modo: el pez grande se come al chico; o los dos peces se dan la vuelta para pensar que se han comido al otro.
En cierta ocasión un gran amigo mío discutió durante horas con otro sobre la conveniencia de suprimir la mal llamada y vergonzosa "fiesta nacional". Mi amigo opinaba, igual que yo, que la Tauromaquia es un espectáculo bochornoso, un circo romano, un disparate vamos... y que deberían estar prohibidos como en Canarias. Por eso quiero tanto a los canarios (entre muchas otras cosas). En España no hay una ley contra el maltrato animal en condiciones porque implicaría dejar en paro a los pobres toreros and company. Para el otro, sangre y arena forman parte de España y España no sería la misma sin toros, que por eso nos conocen en el extranjero y además el torero ama al toro y por eso lo mata con arte y ... esa sarta de sandeces que dicen los pro-toros. Después de mucho argumentar, cuando lógicamente el anti-toros llevaba las de ganar el otro va y dice "ya, pero es que a mí me gustan los toros".... acabáramos.
En esta y en otras discusiones, al final llevar la razón es lo que parece más importante, más que aprender del otro. En ambos bandos, individualmente, cada alma piensa que opina como la mayoría.
Un día de estos las plazas de toros serán una pescadería gigante.
Y con este capítulo me gano a unos cuantos enemigos más... espera, que lo voy a arreglar un poco: cuando en la tele aparece una cogida mi madre exclama "pobretico" (o similar) y yo suelo decir "eso por gilipollas, que se hubiera puesto delante de un olivo y no delante de un toro". Soy una bestia insensible, lo sé, lo sé... es más, estoy convencida de que los pobres toros sienten más pena por el torero que yo. A lo mejor por eso, entre otras razones, algunos canarios no se consideran españoles. A mí, personalmente, me da mucha vergüenza que en mis viajes a Alaska lo único que se sepa de mi tierra es que matamos animales preciosos y lo llamamos arte. Allí prefieren presumir de auroras boreales, pero prueba a abanicarte contemplando una aurora de esas a ver qué pasa, es más, a día de hoy todavía no les han encontrado a las auroras las orejas y el rabo. Estaban a punto de investigarlo cuando vino la gripe porcina, luego "nueva gripe" y ahora "gripe A" y se fueron todos los científicos con los cerdos de México, que sí tienen orejas y rabo.
Cuando paso mucho tiempo sin besar a nadie me pasan estas cosas. Por favor, que me rescate alguien o esto acabará mal. Aunque sea un torero, ya hablaremos del gobierno.

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