CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

25 mayo 2009

Quince kilos de carne de ternura

Cada día tu mirada me acaricia el alma de parte a parte. Nos permitimos algunos momentos en los que sólo existimos tú y yo. Tienes la risa más bonita del mundo.
Estás últimas semanas han sido duras. Ninguno de los dos hemos dormido lo que deberíamos y estamos irritables, cansados y de mal humor. Al fin los médicos han dado con la tecla; ya sabemos lo que te pasa (alergia al polen del olivo) y cómo tratarlo y la medicación hace su efecto, haciendo las noches y los días más llevaderos. Ha hecho falta que estés enfermo para que aparque a un lado el "tener" en pro del "querer". Es algo que no puedo permitirme por mucho tiempo. Debo entregar un artículo el viernes y preparar la conferencia del jueves. Pero sí que he aprendido a organizar mi tiempo de otra manera y supongo que sabré mantenerlo, aunque ya no estés tan enfermo.
Esta mañana te vi buscarme por el pasillo, no tenía ni fuerzas para levantarme. Te llamé y viniste trotando como un potrillo, subiste de un salto a la cama y de pronto amanecía con quince kilos de ternura riéndome encima. Todo lo que he pasado (y lo que queda por pasar) ha valido la pena sólo por uno de esos momentos. Cuesta trabajo creer que uno o dos malos tragos con gente sin alma me hayan podido robar la calma que me das tú. Debería tener presente siempre uno de esos instantes para recuperar la paz rápidamente. Supongo que estaba demasiado cansada como para ser hábil. Mañana estaré lejos de ti, a unos cuantos kilómetros. Te llevo conmigo.