CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

13 julio 2005

De los tiempos más remotos a la noche de hoy

Y dijo Dios: "no es bueno que el hombre esté solo" ... Adán no se apañaba bien en el paraíso; desde que él llegó estaba todo hecho una pena y no había nada en su sitio. Iba dejándolo todo por medio... en fin. "Y Dios creó a la mujer". De todos es sabido que la segunda vez que haces una cosa te sale mejor que la primera, pero a la primera siempre le tienes un poco de más cariño. Un síntoma de la inteligencia es la curiosidad. Dios creó a un ser un poco más curioso que el primero y plantó en el centro del paraíso un árbol la mar de bonito y dijo al hombre y a la mujer que salen en todas las fotos con hojas de parra en el sexo, por si no habían reparado en él "¿Véis ese árbol tan hermoso con esos frutos tan apetitosos?... ¡Pues ni catarlo!" Pero cuando a Eva le dijeron que si lo probaba sería como Dios se dijo a sí misma "¿y voy a estar yo toda la eternidad sin ser invisible, estar en todas partes al mismo tiempo y sin enterarme de todos los cotilleos del paraíso? ¡ni hablar del peluquín! Y cató el fruto prohibido y se le abrieron los ojos como platos y fue la primera en abandonar el delicioso mundo de la ignorancia (las chicas maduran antes que los chicos, todo el mundo lo sabe). Dios condenó al hombre a ganarse el pan con el sudor de su frente y a la mujer a parir con dolor. Hoy en día las mujeres también trabajan, pero que yo sepa, los hombres todavía no dan a luz hijos.
Sigue sin ser bueno que el hombre esté solo y una mujer sola que no está acompañando a un hombre solo no tiene razón de ser.
Nos han inculcado que la soledad no es buena y es por eso que cuando una mujer se quiere tomar tranquilamente una cerveza en un pub, los hombres piensan automáticamente que va buscando rollo.
Confieso que la soledad me resulta cada vez más cómoda, pero también es cierto que me entristece, pues tengo muy habitada la mente con la idea de que estar solo no es bueno. De todos modos, como he dejado de creer para siempre en los ingenuos "parasiempres" del enamoramiento infantiloide y bobalicón, llevo semanas soñando con el retorno de Juan, que tiene fecha de vuelta y la etiqueta de amor imposible y sexo seguro. Loca por estar a su lado y no dejar un sólo rincón de su cuerpo a salvo de mi lengua, por dormir a su lado y despertar con sus caricias, cuento los días para volver a compartir mi tiempo con el mejor amante que he conocido jamás y estoy estudiando la posibilidad de cambiar mi turno del sábado a fin de estar a su lado hasta el último minuto.
Bendito árbol prohibido, brindo un licor de café por la serpiente de lengua viperina que dio al carajo con el orden establecido. Dios sabe de sobra que hubiera plantado mil árboles prohibidos antes de permitir que la obediencia ciega palpitara en el mundo por los siglos de los siglos. Hubiera sido como un Gran Hermano donde nadie se pelea y sin emoción no hay motor.
Me han enseñado que follar sin estar casada es pecado. Pienso quemar en la próxima semana todos los rosarios que me recé de pequeña. Y espero que el nuevo papa no venga a decirnos que el infierno vuelve a existir.
Conforme se va acercando la fecha, voy fantaseando más modos, más juegos con los que sorprender, más maneras de seducir.
Ya sólo quedan seis días.