CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

28 julio 2005

Es negro, chiquito, peludo y se llama Merlín


Duerme detrás de mí, tiene sólo diez meses, a veces me parece un dibujo animado a veces una mata de pelusas negras y chillonas. Ayer le compré un collar rojo que le queda bien bonito sobre su desaliñado pelo negro. Hoy paseábamos los dos en la tarde, sucios y despeinados y éramos terriblemente felices. Ayer no quiso comer nada, hoy se comió un quesito. Salí una hora al trabajo y lo encontré temblando detrás del sofá a mi regreso. Shunna no le tiene mucha paciencia a nada ni nadie que no le permita dormir la siesta. Se siente extraño, no sabe muy bien dónde está. Aún no he dormido apenas después del turno de anoche. Al llegar a casa me quedé vencida en el sofá y él se quedó vencido sobre mi vientre. Él se siente seguro y yo no me reconozco, no debo permitir que la gente me vea así, tan tierna; pensarán que soy una blanda. Soy una blanda. Se me caía el alma a pedazos bajo la ducha, cuando veía su silueta buscarme detrás de las cortinas; el sofá está prohibido, cuando al fín comprende me gruñe un poco y la emprende con su conejo de peluche de una sola oreja. Ahora, acurrucado como está en su cesta, es difícil saber dónde tiene la cabeza, es como una papelera de peluquería recogida en un rincón, como un agujero negro en el hueco del salón, como un cúmulo de interrogaciones que nunca se cerraron y les entró el humo y el polvo y se quedaron así.
No sé por cuánto tiempo podré quedarme con él. Ayer me lo regalaron mis alumnas y le compré el collar y la comida; se lo dejé por la noche para que no estuviera mucho tiempo solo, pues yo tenía turno; cuando fui a recogerlo esta mañana el chico no me lo quería devolver. Entonces yo le exigi que me pagara lo que gasté en él el día anterior. Sé que el chico no le trata bien, cuando se enfada la emprende con el cachorro y lo estampa contra la pared. Quiero a este perro desde que le conocí, allá por enero. Esta es la primera noche que duerme en casa. Mañana le llevaré al veterinario después de darle un baño, parece que tiene algo raro en un ojo. José Manuel me ha dicho que podría ser una úlcera.
Acaba de despertar, se estira, se despereza, me huele y se vuelve a su cesta respirando hondo. Adoro a este perro.