CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

15 julio 2005

Hoy recibí flores

Llevo varias horas picada con el Blog; todo porque debo volver a cambiar mis ritmos circadianos para las próximas guardias y no tengo más remedio que aguantarme despierta hasta las cuatro de la mañana, aunque tenga que madrugar por culpa de esa clase mixta que he de dar a esa niña que no soporto.
Al principio he estado tratando de averiguar como cojones publicar mi foto y otras imágenes... pero no hay tu tía, no me entero, mi inglés es de pena. Me descargué nosequé historia y se supone que puedo hacerlo pero na. Luego piqué en Barfly, como siempre, para ver si había escrito algo nuevo y piqué en un comment que le habían hecho y así sucesivamente fui descubriendo profiles y blogs diversos; como despedida, una nueva entrada por mi parte.
Cuando llegué a casa encontré una nota de Interflora. He recibido flores y en la floristería están. Siempre pensé que era la forma más clara de conquistarme, porque siempre quise que un hombre me declarara así su amor... debe ser uno de los pocos resquicios de romántica pastelosa que me quedan. Pero no. A decir verdad, me sentó como debe sentar una "patá en los cojones".
Nada más llegar encendí el ordenador y en lo que se tarda en echar un pis , quitarse la ropa pegajosa, desembalar y atornillar los reposapiés de dos taburetes (es decir, diez minutos), el privado del tal Tony de quien hablo el martes solicitando hablar conmigo por teléfono como seis o siete veces en este plan:
"Inma, ¿podemos hablar por teléfono?"
"Inma, quisiera hablar contigo por teléfono por favor"
"¿Tienes apagado el móvil? enciéndelo, quiero hablar contigo"
"Inma te estoy llamando al móvil y lo tienes apagado, enciendelo"
"Enciende el móvil, quiero decirte algo"
"Por favor, Inma, quiero decirte algo importante, ¿podemos hablar por teléfono?"

.... ¿Es desquiciante o yo soy muy rarita?
Así que me cogió el humor de perros y le dije que era muy exhortativo, manipulador y agobiante. Respondí a su llamada pero... ¡de qué modos!
Dice no haber leído mi e-mail (no me lo creo) y eso tan importante que tenía que decirme era la mismita cantinela por la que le mandé al pedo hace dos días. Sigue absolutamente convencido de que estamos hechos el uno para el otro y que tarde o temprano me daré cuenta de que es el hombre de mi vida.
No aceptó mis argumentos que justificaban por qué le decía que pedía mucho y que era agobiante, insistente, etc. Por supuesto le bastaba un "te equivocas... ya lo verás" sin contraargumentos. ¿Qué cojones va a contraargumentar si copiaba literalmente sus propias palabras? Por la tecla muere el pez. Eso me pasa por confiar en un tipo sólo porque nació donde yo... coño, si en mi tierra somos más raros que un perro verde ¿dónde tenía yo la cabeza?
Pero me estoy dando cuenta de que se va diluyendo la Inma sumisita, educada, obediente y complaciente para dar paso a un tornado que vaya donde vaya, será donde le de la puta gana y que ya nunca más nadie me va a camelar con cuatro palabras bonitas para luego mucho lirili y poco lerele y que, si bien no le cierro las puertas al amor, tampoco me corre prisa buscarlo porque sola se está de puta madre. Nunca más le podrá el amor al amor propio y nunca más un jodido hijo de puta me pondrá la puta mano encima porque me lo como con papas, ni me tendrá a la sombra esperando merecer una caricia.
Y ya es un hecho que en cuanto ahorre para la matrícula, aunque sea un poco caro, me apuntaré a la mejor escuela de artes marciales que haya para dejar de temer. Aunque eso también me lo prometí el año pasado por estas fechas cuando supe que, pasados siete años, el muy ... (mira que digo palabrotas pero no se me ocurre ninguna lo bastante fuerte)... me andaba buscando y eso me hizo revivir mis miedos enterrados. Unas cuantas llamadas anónimas me volvieron neurótica, pero ahora sé que es difícil que me encuentre después de tanta mudanza, que a veces ni yo estoy segura de dónde vivo.
Sé que no hace mucho estuvimos muy cerca, ambos en Atocha, ambos en el mismo tren... pero no nos cruzamos. Debo tener un ángel de la guarda o similar, pues estuvimos a tiro de pedo. Cuando Shunna me lo contó me quedé pálida como la muerte y de nuevo volvieron las pesadillas.
Donde ahora estoy trabajando, animamos a denunciar los malos tratos. Yo nunca lo hice. Sé con qué ligereza se juzga a las mujeres maltratadas. Sé que a un esquizofrénico paranoide no le condenarían (es un atenuante judicial que te cagas). No había pruebas y no quería que nadie lo supiera.
Pero esto mejor lo dejo para otro día... y mejor si no me vuelvo a acordar. Son las cuatro menos cinco y ya me puedo ir a dormir.

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