CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

17 julio 2005

A solas con Salinas

"Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
[...]
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú."

(Pedro Salinas)

... hay un silencio absoluto, tan sólo la agonía de mi ordenador que se muere de viejo, el abrir y cerrar del grifo y mis pasos en el piso. Con el vestido de hilo abierto, camino medio desnuda por la casa, fregando platos, limpiando cristales... no puedo recoger el futón, aún no recuperé la fuerza en los brazos.
Estaba orgullosa de mi rápida recuperación, lo cierto es que soy una buena actriz y hasta ahora he conseguido engañarme a mí misma. Sigo estando muy cansada y en cuanto me siento un poco mejor le meto al cuerpo caña. Esta semana le he dejado descansar un poco más... bueno, no es que le haya dejado, es que él se tomó la revancha y me ha obligado a dormir.
Ya son las once y media y el aire es caliente. Casi cuesta respirar, más aun cuando se están realizando trabajos físicos como limpiar la casa. Hoy tengo que obligarme a siesta, hay guardia. No se me ha olvidado el incidente de la pasada semana.
Estos últimos dos días me he comprado tres vestidos: 52 euros... pero me hacían falta. Se me ha quedado todo muy grande y tiré toda la ropa de la talla 36 cuando perdí la esperanza de recuperar mi figura. Ahora algunas prendas de la 36 me dan la vuelta. Estoy delgada, pero no flaca. Eso sí, no es conveniente seguir perdiendo peso: ayer vi a una mujer bellísima a la que podrías contarle cada costilla... y eso era horrible. Esos cuerpos solo se ven en los documentales sobre hambre en el mundo... esas noticias que hay gente capaz de ver mientras se mete un cocido madrileño entre pecho y espalda... yo nunca he podido comer viendo las noticias. Y en vista de la falta de tiempo y que nunca pongo la radio cuando estoy sola... vivo incomunicada con la firme convicción de que de las malas noticias uno se entera enseguida.
Así que recito versos mientras limpio cristales:
"Aunque no me mires, yo sé que tú me ves"
(flish, flish, flish)
"reconocerías mi boca entre un millón de bocas"
(rrrrrr, toc, shcshchshc)
"cuando el eco es tan leve que ya no lo escuchamos"
(clocnk, tas, tas, fishch, ñiiiii, uys)
"sus ondas acarician nuestra piel solitaria"
(glu, glu, glu ahhh pong)