CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

26 diciembre 2005

A veces pasa

Suele suceder que una persona no cumple las expectativas de otra y cuando eso ocurre, al menos uno sufre. A veces pasa.
No sé por qué esta vez sí me dejé llevar por cantos de sirena. Las personas necesitamos creer en algo, o en alguien, de vez en cuando y cuando esa necesidad apremia acabamos confiando en quien menos lo merece. A veces pasa.
Y cuando apuestas por alguien sin esperar nada, tan solo apuestas que es incapaz de hacerte daño y pierdes la apuesta que gritaste y por la que te enfrentaste a todo el que veía... lo evidente, pues, te sientes estúpida.
No lloro porque se haya terminado sino por cómo ha sido. Y, a fin de cuentas, ayer también lloré por otras cosas que no tenían nada que ver. Últimamente lloro mucho. Debe ser la depresión otoñal, la regla, la cgripe, el cambio de tiempo o el golpe de la realidad, o todo junto. Entonces se entra en una de esas épocas en las que lloras de noche y escuecen los ojos de día.
Ayer estuve charlando un rato con Honey y esta mañana le he mandado un mensaje cargadito de necesidad y ternura. Pues a fin de cuentas él sigue siendo el primero, aunque lejos, pero siempre ahí, hasta que deje de estar. Mi verdadero amor, hasta que se acabe. Le descuidé mucho estas semanas, a veces pasa, pero cuando regreso él sigue ahí, a su manera. Anoche estuvo, cuando decidí que no quería ser durante más tiempo una mendiga de caricias. Él siempre las da de gratis.
Pero estoy destrozada. No es amor. Ya se me pasó el tiempo de las llanteras quinceañeras si es que lo tuve alguna vez. Ha sido una consecuencia más que una causa; un filón más de mi instinto autodestructivo. La próxima vez me busco un asesino a sueldo. No puedo más. Eso es todo. Y no quiero poder más. Y es curios que cuando me da por pensar así siempre me aparece en el trabajo una tentativa suicida y no sé cómo, debe ser magia, consigo convencer a la otra persona para que no siga adelante. Siempre me causa una inmensa tristeza escuchar a personas que han decidiod que la vida ya no es importante para ellos y que no desean seguir adelante. Y a mí, al menos últimamente, me pasa lo mismo. No puedo más. No encuentro salida y además no me apetece buscarla.