CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

28 agosto 2009

De Madrid al Cielo IV

No contaba con los besos dados anoche. Me dejaron en la boca el sabor del amor, el temor y la amargura. Qué extraño todo. Tino, a quien conocí embarazada de seis meses me entró _nos entramos los dos_ en el corazón con la facilidad de un encuentro posterior a otros muchos. Al día siguiente, sin comerlo ni beberlo, me vi prácticamente conviendo con un hombre al que acababa de conocer y por quien no sentía gran cosa, tal vez hipnotizada bajo la promesa de la seguridad, la estabilidad o tal vez tratando de acallar las voces del pánico en medio de la fragilidad de saberme embarazada, sola y amenazada. No sé. Cuando mi hijo nació y rompí esa relación volví a llamarle y entonces él acababa de comenzar una relación estable que ahora se mantiene en busca de hijos. Por lo tanto ayer no contaba con los besos que nos guardamos la primera noche y cada vez que nos veíamos, ya que suelo ser muy esquiva con los hombres que tienen pareja.
Ayer le besaba más allá del guirigay que se anudaba en mis sesos y la tristeza que me produjera el hecho de saber que ese acontecimiento nos separaría para siempre.