CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

21 junio 2008

hola de nuevo

Hace mucho tiempo que no escribo un poema sobre papel; hace mucho tiempo que mis versos tejen sonetos invisibles de sonrisas y miradas cómplices. Hace mucho tiempo buscaba a la desesperada el amor verdadero frente a una pantalla o en centros de macho palillo en boca y ahora, que el verdadero amor me sonríe abiertamente abrazando mi muslo, me pellizca el pezón y se ríe a carcajadas; ahora que sus pasos torpes aprenden y aprehenden la vida minuto a minuto y que alza sus brazos buscando mi cara cuando se agota de correr en todas direcciones… ahora no me nacen los versos. Ya no escribo poesía. La poesía me escribe a mí.
Abandoné el blog harta de juicios crueles de lectores desconocidos que, a pesar de odiarme, me leían a mí y a los que me leían, seleccionando a su antojo las líneas más comprometidas, rociándolas con el veneno de su dañina visión de las cosas y lanzándolas contra mi persona sin más afán que el daño por el daño, sin que eso supusiera beneficio alguno para nadie, acaso el simple placer de herir.
Regreso de puntillas porque el blog aportaba a mis cuadernos ese cariz de sentirse escuchada, da igual por quién ni por qué y me permitía compartir con alguien todo aquello que me estremecía, al principio ese alguien era una sola persona, que me regaló el blog (un regalo que le agradeceré siempre) y que luego utilizó para tratar de hundirme en público aunque me pidiera disculpas en privado (algo que nunca le perdonaré). Nunca ha sido un blog de multitudes y nunca lo he pretendido, por más que alguien me haya acusado de “cínica que vende su vida en internet”, como si la vida pudiera venderse o mi “farragosos posts” (otra lindeza de mis amados lectores) tuvieran un precio.
Pero regreso, con menos inocencia, con más cinismo; con más suspicacia y con menos vivencias; con menos confusión y con más paz. Confieso que esta paz no será completa hasta que no sea capaz de liberarme de viejos rencores y crea realmente que todas las experiencias negativas que he vivido desde que Gabriel me regaló el blog, son parte de un aprendizaje que debo agradecer. De ser cierto lo que se predica en “Entre fantasmas” y películas y series afines, de morirme mañana me quedaría por los siglos colgada en el limbo tratando de saldar cuentas pendientes y Amanda Gordon me enviaría a hacer puñetas al submundo de los condenados.
Tal vez me salve del infierno la pura pereza, porque la venganza nunca ha formado parte de mi lista de tareas pendientes ya que eso de vengarse supone demasiadas molestias y ni siquiera me las he tomado para hacer justicia (que es a menudo la forma elegante de vengarse).
Resumir todos estos meses en unos pocos posts no será difícil porque en Jaén todo va muy despacio y no suceden muchas cosas. Lo más emocionante que me ha sucedido hoy ha sido estrenar zapatos sin necesidad de tiritas… y ayer tener el valor de gastarme casi 60 euros en unos zapatos que no me hicieran daño.
Aún no he conseguido un trabajo decente y de momento dedico media jornada de mi vida a buscar trabajo y la otra media a vender aparatos de limpieza por teléfono, aparatos que me costarían al menos cuatro sueldos. Y no es que las aspiradoras sean caras, es que mi sueldo es una mierda. No sé si me equivoqué, supongo que tomé la mejor decisión posible pero va a ser necesario ampliar mi repertorio de decisiones viables y seleccionar mejor los lugares, los momentos y las personas, algo que hasta ahora no se me ha dado demasiado bien.