CUADERNOS DE TZADE

Cosas que me pasan, cosas que pienso, cosas que digo y cosas que callo

30 septiembre 2007

Celos

Los celos son una respuesta emocional aversiva ante la posibilidad de que la pareja pueda sentirse atraída por otras personas y un intento desmedido por conservar la exclusividad en una relación amorosa. Los celos tienen graves repercusiones sobre la pareja, que deterioran progresivamente hasta su completa extinción. La amenaza de pérdida, real o imaginada, sobre una relación genera un malestar emocional que jode todo lo que toca (la pareja, el objeto de los celos y, sobre todo, uno mismo). Cierto grado de celos puede considerarse normal, incluso sano (yo nunca los considero sanos) porque a todos nos molesta la posibilidad de perder a alguien a quien queremos. Lo patológico está en la intensidad con la que podemos sentirlos y en los comportamientos que pueden llegar a provocar. La baja autoestima nos hace especialmente vulnerables a los mismos.
Yo he soportado a dos hombres celosos; al primero durante años, al segundo le di boleto en semanas, porque no estaba dispuesta a tolerar de nuevo desconfianzas infundadas, reproches constantes e intentos reiterados de control sobre todo lo que hacía, a quién veía...
Muchos de mis amigos son víctimas de mujeres extremadamente celosas. a veces el objeto único de los celos era yo, a veces la mujer era celosa de todo lo que se moviera; en tristes y contadas ocasiones los celos de su pareja ocasionaron una distancia definitiva y una pérdida de contacto total con ellos.
Mi actitud ante las personas celosas nunca es positiva. A veces me dan asco porque resultan ser personas en extremo manipuladoras con una tendencia exagerada hacia el victimismo, insultantes, faltas de respeto hacia los demás, que acaban jodiendo la relación y causando un gran daño psicológico a una pareja que no sabe cómo probar que no hay razón para los celos. Otras me causan una gran pena, por el daño que se hacen a sí mismos, por una visión tan sesgada de la realidad y porque viven el día a día con más miedo ante la posibilidad de la pérdida que disfrutando el momento, el ser amados y deseados por otro, compartir amaneceres o pasteles de manzana...
Querida Emi: por más que he hurgado en el blog no hallo razón para tu desmedida reacción; siento si mis palabras te han hecho daño, pero planteate seriamente si ese daño lo he originado yo por hablar libre y sinceramente, como siempre hago en el blog, o has sido tú misma por tomártelo de ese modo. Tus comentarios han sido hostiles, hirientes, acusadores e innecesarios; podrían haberme hecho mucho daño, pero afortunadamente debo ser una de las personas más felices del mundo porque tengo un hijo por el que estoy luchando día a día y cuando le miro y me mira pocas cosas en el mundo pueden nublarme la sonrisa; desde luego tú no puedes. No estoy siendo cínica, el cinismo es otra cosa. Estoy siendo sincera. Deja de atacarme porque no te he hecho nada. Sólo me tomé unas cervezas con tu novio durante hora y pico (ya noté que en ese rato le llamaste como cuatro veces) y de verdad de la buena, te lo juro por dios, que no soy una amenaza. Yo no soy el enemigo, ni lo quiero ser. Doy por hecho que no volveré a tomarme unas cervezas con mi amigo y eso me apena, pero como bien sabes tengo muchas cosas importantes en que pensar. Por favor, déjame en paz. Te hablo desde el corazón, sin malas intenciones, sin retorcimientos extraños, sin cinismo... no veas fantasmas donde no los hay. Déjame en paz. Céntrate en tu vida, pasa de mi culo, deja de insultarme, de ofenderme, de acusarme... déjame en paz Emi, déjame en paz.

29 septiembre 2007

mala noche

El llanto de mi hijo me ha desvelado totalmente. Está muy resfriado y ha sido necesario el suero y el sacamocos; posiblemente ha despertado a todo el vecindario. Llegada la calma, el cigarrillo de rigor. Desde que soy fumadora tengo por costumbre asomarme a la ventana para fumar un cigarrillo antes de irme a dormir. Las filosofías de cigarro en mano son diferentes si se piensa frente a un muro, que si se piensa frente a un patio, a un castillo o a una obra en construcción. Cuando consiga dejar de fumar seguiré pensando asomada a la ventana y dado el deprimente paisaje que he contemplado durante el último año, tacho de los anuncios cualquier piso que sea interior.
Ya he comenzado a rellenar cajas de cartón con todo aquello de lo que no sabría prescindir; las mudanzas son odiosas, cada vez más. Normalmente me doy cuenta en seguida de cuándo algo no va a funcionar (un hogar, una relación, un trámite...) pero a veces me empeño en darle una oportunidad. He cambiado de sitio casi todos los muebles de esta casa pero nunca me he sentido bien en ella, tal vez porque no he podido tirar ese dichoso muro. Sólo una vez me equivoqué con consecuencias catastróficas... las demás equivocaciones no han sido tan terribles. Supongo que algo he aprendido de mis errores, aunque lo más complicado es cuando no sabes exactamente dónde estuvo el error, o cuando parece que las consecuencias son desmedidas.
Jorge solía decirme que no tratara de buscar explicaciones a la maldad, porque no siempre hay una explicación para todo. Pero siempre la hay, otra cosa es que no existan los medios o la capacidad para encontrarla.No me gustaría pensar que la única lección que he aprendido en los últimos años ha sido que hay que desconfiar de todo y de todos, seguro que hay más cosas; pero en el rato que llevo escribiendo esto mi hijo se ha despertado tres veces y ando un poco obtusa; además me acabo de fumar un cigarrillo frente a mi particular muro de las lamentaciones, si sigo mirando ese muro se me van a ensuciar todas las ideas.
Como parece que la búsqueda de trabajo, la búsqueda de piso, el cambio de ciudad no es suficiente, también me como el tarro con chorradas, como los últimos comentarios recibidos en mi blog; unos, que sí publiqué, supuestamente bien intencionados o al menos sin faltar al respeto, pero le he dado muchas vueltas a la intención con que fueron escritos y qué carajo habrá querido decir con tal o cual expresión... otros, no publicados por simples, me han producido casi el mismo pesar que aquellos de un año y pico atrás, sólo que aquéllos fueron escritos por alguien inteligente y estos últimos por una mente simple; pero me sigue dando una pena tremenda que alguien que lee mi blog solo extraiga como conclusión que soy una chica fácil.La verdad es que es muy triste. A veces te planteas dejar de escribir definitivamente y a veces hasta eliminar el blog, pero eso me da más pena todavía. Son muchas las horas que he pasado divagando aquí, como hago en mis cuadernos; he estado bastante sola estos años y escribir aquí hace que me sienta escuchada, aunque nunca sepa quién lo hace o si a alguien le importa. Lo cierto es que este blog es uno de los regalos más bonitos que me han hecho.
Últimamente tengo dificultades para acceder al resto de los blogs, sale una notita que dice algo así como que no están habilitados para ser leídos... si alguien sabe, me lo explique.
Parece que el niño se durmió del todo. Va siendo hora de intentarlo de nuevo.

28 septiembre 2007

Algo se muere en el alma

En toda mi vida laboral nunca he dejado un trabajo con tanto pesar. Era mi sueño, uno de esos que se cumplen en las propias carnes y llegó la hora de despertar en busca de otros sueños. Tengo un montón. Fantaseo a diario con la idea de pintar el cuarto de mi hijo y lo único que sé es que no será ni rosa ni verde pistacho; ya tengo pensado el suelo. En mi imaginación reviso todos los rincones peligrosos y coloco bien alta mi colección de brujitas de barro. Ya le estoy comprando su colección de libros. Me desharé de este ordenador del pleistoceno y me fabricaré un despacho de juguetes, colchones de gimnasio y colores vivos. Pondré sobre mi cama una colcha azul con una luna, como la que perdí y en el salón alfombras y cojines para jugar con mi hijo. Encontraré otro "trabajo de mis sueños" y algún día volveré a ser la mujer más feliz del mundo, con o sin brazos que me abracen para burlar el frío de un mayo loco o el mal humor cansino de los malos días.
Me voy de buenas, con el agradecimiento, la pena y los buenos deseos de mis jefes. Las compañeras aún no me han dicho nada. Me ha costado decirlo y aún ahora no estoy segura de nada, salvo que no hay marcha atrás. Tengo desde ayer un nudo en el estómago que no me deja comer. De todos es sabido, no es misterio, lo mucho que me cuesta desprenderme de las cosas, los trabajos y las personas. Ya Madrid no tenía ningún sentido, nunca le amé, le habitaba arrastrada por circunstancias que casi nunca eran mías y le era infiel de pensamiento cada vez que viajaba con cualquier ciudad, pueblo o aldea. Y eso que en él fui feliz, tanto que llegué a creer ingenuamente que la felicidad no acabaría nunca. Le debo un paseo lento, a lo turista, para reconciliarme por lo mucho que he renegado y por todas las cosas malas que he dicho de él: que era sucio y apestoso, desordenado, caro , lleno de mierda y de ruido, que le robaba las estrellas al cielo y el sueldo a la clase media. Cuando deje de estar enfadada con Madrid hablaré bien de él y le convertiré en una ciudad, dejará de ser "un sitio" y hasta echaré de menos una puesta de sol en el templo egipcio, una noche de teatro o un paseo por Callao. Hoy por hoy sólo me transmite dolor, que la vida me haya traído a vivir a la misma zona en la que estuve cuando era tan feliz, que el sitio no importaba. Ahora el sitio importa, cada muro sucio, cada mirada rancia, cada sirena, cada prisa y cada empujón.
No sólo me voy por eso. De hecho no es la razón que Madrid no me guste o me traiga recuerdos de los dulces que te amargan. La razón, una vez más, es el dinero. Es triste pero es. Al menos, la razón más decisiva y más poderosa.
Y ojalá que la vida no me vuelva a pillar nunca más con las manos totalmente vacías.

20 septiembre 2007

Y los sueños, sueños son

Sentados al sol de la cafetería de una residencia de ancianos, les vemos pasear en el patio acompañados por enfermeros y familiares, encorvados, casi besando el suelo, lentos, pensando cada paso mientras su acompañante mueve la cabeza nervioso, buscando algo que mirar, hablando muy alto y muy lento, como se le habla a un niño; la vejez desprende un olor peculiar mezclado con gel neutro y perfume de lavanda, los colores se apagan y les brillan los ojos con una sonrisa infantil e inocente cuando ven pasar a los niños que van a la guardería, justo al lado, como una paradoja o un collage caprichoso de la vida que despierta junto a la vida que se duerme, el recuerdo infatigable de que todo termina cerrándose en un círculo perfecto que se repite constantemente sin que lleguemos a acostumbrarnos. Y todo parece transcurrir lentamente y parece que el siguiente momento crucial no llegará nunca y un día, como si todo hubiera sido un sueño, parece que dimos el salto y decimos, como mi madre hace pocos días: "de pronto se me ha pasado la vida y se me han quedado por cumplir un montón de sueños"

17 septiembre 2007

Rumbo al sur

Ya se nota el descanso vacacional y vuelvo a sentirme llena de energía y capaz de lograr todo lo que me proponga, si bien tengo que autopalmearme la espalda de vez en cuando y contarle al espejo _sin mucho convencimiento_ que soy muy lista, que estoy muy guapa y que todo saldrá bien. Ya he iniciado búsqueda de hogar y empleo en Jaén y no derrocho una sola oportunidad para dejar caer qeu busco casa buena,bonita y barata y endosar mi CV a cualquiera que conozca a alguien a quien pueda interesar.
Mi hijo ya me dice "mamá" y parlotea sin cesar.Paso con él todo el tiempo que puedo y parte del que no puedo también y a veces lellevo conmigo de papeleos si voy a lugares amplios con ascensor.
Una empresa de formación en Madrid que busca oportunidadesde expansión ha puesto en mí sus ojos y ha considerado mi experiencia y formación. Es muy posible que decidan contar conmigo a partir de octubre.
También parecen abrirse puertas en el terreno de la orientación profesional, drogodependencias, menores tutelados, centros de reforma y Formación Continua y no me extrañaría que incluso se diera el caso de tener qeu elegir... y eso mola mogollón
Ya ando buscando las palabras, la forma y el momento de decir en mi trabajo qeu deseo marcharme y que necesito ser despedida para cobrar el desempleo y contar con esos ingresos mientras me lío la manta a la cabeza y vuelvo a guardar todas mis pertenencias en 50 cajas de cartón, las envío rumbo a la tierra que me vio nacer y marcharme espantada en busca de emociones nuevas.
Saber que pronto habitaré mi espacio me hace más llevadero el sucio muro que me escupe su mierda a la cara siempre que me asomo a la ventana con la ilusión de encontrar algo de oxígeno. Ya me imagino acolchando el suelo donde dormirá Ángel y sosteniendo con imanes en la nevera sus primeros dibujos.
Siempre hay alguien cargado de buenas intenciones que me recuerda el lado oscuro y terrible de todo esto, los peligros que conlleva volver y las situaciones a las que me tendré que enfrentar por ser madre soltera e hija de padres muy tradicionales en una tierra de la España profunda cargada de ideas lejanas y ajenas a todo cuanto soy.
Pero de todos los rumbos posibles he decidido, tal vez me equivoco, que este es el mejor. He errado tanto desde que el amor me dio la espalda que ya no estoy segura de nada pero sí estoy segura de que quedarse parada en un lugar que no es de mi agrado es un error malo, malísimo.
Deseadme suerte.

11 septiembre 2007

lluviosas tardes de domingo ¿dónde os habéis metido?

Cuando juego con mi hijo a tumbarlo sobre mi vientre para qeu ejercite los músculos del cuello y la espalda, levanta la cabeza y se ríe o me acaricia me parece mentira saber que le tuve adentro y empiezo a hacer pucheros como una niña chica, le abrazo, me lo como a besos y él se ríe a carcajadas con la mirada cargadita de inocencia. Cuando no estoy a su lado el tiempo se hace cansino y pesado como un canal de telediarios y se me caen las babas mirando su foto o recordando su última gracia. No me cabe en la cabeza que un ser humano sea capaz de herir, siquiera mirar mal a un niño. Pero el caso es que es algo que sucede a diario y fue principalmente ese temor el que me disparó de Pinto. No sé qué ha sido de su padre, que desapareció sin dejar rastro alguno en cuanto supo de mi embarazo. Pero lo cierto es que el centro de mi vida ha cambiado y ahora comienzo de nuevo, con todo lo que eso supone, para bien y para mal.
cuando un logro sucedió hace mucho tiempo se adquiere la curiosa percepción de que todo resultó mucho más sencillo y eso hace que los nuevos retos parezcan más complicados. No me dejo vencer por las dificultades, no me lo puedo permitir, pero resulta agotador esto de comenzar de cero una vez más y mantener a los miedos en el lugar que les corresponde.
Soy un ser perezoso al que no le duele nada tirarse tres horas a la bartola viendo una peli mala por no levantarse a cambiar de canal, de esos domingos de video y palomitas y de dejar el proyecto bajada de tripa para la semana que viene. Es distinto cuando el ser amado te tira de las orejas pero en mi caso no hay ser amado y cuando lo hubo era peor que yo.
Ahor atengo un hijo que no quiero que me imite en ese sentido y eso me cambia el chip. No obstante, fantaseo con la idea de pasar a su lado una tarde de domingo comiendo pipas y viendo "El Rey León", jugando al parchís o improvisando una batalla de cosquillas sobre la alfombra del salón mientras sobre la calle rabia la lluvia y las ramas de los árboles tratan de agarrarse las unas a las otras.
Mis sueños son sencillos y el amor sigue siendo en mi vida el motor que me mueve en busca de la quietud.

10 septiembre 2007

Paz y tormentas

Presto atención,me quedo callada y quieta, dejo de respirar... la fuente, la berrea, ¿un roedor? y ni rastro de sonido humano. Desde que salí de vacaciones no hábía podido escuchar el silencio y es que a algunas personas les parece buena idea construírse una casa de campo frente a la autovía para ver pasar los coches y no aguanté más que dos noches en la casita de mi cuñada por ese motivo.
Ahora, desde la casa de Shunna se respira una paz extraordinaria, como siempre que vengo. Tanto su madre como ella tienen una habilidad especial para la decoración y la casa resulta acogedora no sólo por estar en un lugar privilegiado sino por la calidez que encierran sus paredes.
Una piensa aquí con más claridad, invita a la reflexión, a la creatividad, a recordar sin sobresaltos y a comprenderlo todo, al menos aceptarlo, con la calma del anacoreta.
...

Hoy paseaba bajo la tormenta después de otro día agotador. Y es que rehacer la vida no es cosa fácil y cansa una barbaridad. Aún así estoy serena, lo que no quiere decir que esté pasando por un momento fácil.
Ahora el centro de mi vida son mi hijo y mi trabajo. No entiendo por qué precisamente ahora tiene que venir una mente enferma a insultarme... más aún por entradas del blog de hace dos años. Me gustaría que no me afectara, porque no lo merece, pero me nace automáticamente el deseo de defenderme cuando alguien me ataca.
Sólo puedo decir que, como no tengo ningún problema con nadie, tampoco lo tengo contigo. Así que da la cara y hablamos y si no... te callas y no me molestes, que ya tengo bastantes cosas en qué pensar.
Por si no te has percatado... no pienso darte el gusto de publicar tus comentarios en mi blog. Aquí está invitado todo el mundo, todos pueden entrar y opinar, pero si un indeseable se caga en tu casa, no vas a dejar la mierda dentro ¿verdad?... eso, o das la cara, o te vas a cagar a otra parte. Y por mi parte doy por zanjado este asunto.

06 septiembre 2007

Experta en amor y sexo

Amor y sexo, esos dos grandes desconocidos, se convirtieron en el centro de mis noches de insomnio durante más de dos años. Así que no es de extrañar que decidiera especializarme en la materia y hacer algunos cursos relacionados. Por supuesto, la realización de estos cursos ni me convierte en una amante espectacular ni me hace inmune al sufrimiento asociado a las relaciones íntimas, pero al menos me ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y a comprender mi propio proceso de duelo, que ha sido más largo y doloroso de lo que hubiera apostado jamás. Ahora estoy en la fase de desesperanza, que por mal que suene no es más que un empeño en evitar el dolor... y con ello el placer, pero como sé que es normal y pasará, estoy tranquila.
He comprendido en parte el mecanismo que ha regido mi vida durante estos últimos años y que me ha gobernado como un pelele: la búsqueda de sensaciones, la lascivia, el temor a la soledad y el temor al compromiso, la tristeza, la angustia, la culpa, los altibajos y mi empeño en equivocarme constantemente, el deseo ferviente de que mi ex y su novia se pudrieran de asco y la culpa asociada a este deseo... todo era normal, y cuando algo es normal, parece menos malo. Qué estupidez más estúpida.
Y es cierto que el tiempo todo lo cura y muchas de las reacciones que tuve entonces parecen ahora absolutamente ridículas pero me las voy a perdonar porque son normales, porque me sale de ahí y porque ya da lo mismo.
Mi encuentro con Guel fue curioso, como todos los reencuentros pasados diez años. Mientras conversábamos un manojo de flashes juguetones se me colaban en la mente inundándome de risa y nostalgia y comprendes que en realidad nunca dejas de amar a quien has amado aunque te hayas empeñado en creer que no le amaste nunca. Y eso se queda ahí, como los lunares nuevos que un día te descubres sin saber desde cuándo estaban tatuándote la piel.
Sigo creyendo que Jorge y su novia no merecen ser felices porque no me parece lícito construirse la felicidad sobre el dolor de otra persona y porque si yo fuera ella no me fiaría en la vida de él, pero el caso es que, independientemente de mi creencia en una fuerza mágica que pone a cada uno en el lugar que le corresponde, tarde o temprano, ME LO SUDA. Hoy por hoy no me alegraría saber que la justicia universal ha hecho su trabajo. Me da igual. Y eso me encanta