La vida, las mates y el miedo al riesgo
Suelo decir a mis alumnos que no existe una única respuesta correcta o un único camino para resolver un problema. Como en Matemáticas, la vida son cuentas (que resolvemos de un modo automático y nos equivocamos poco) y los problemas _que hay que pensar y se pueden resolver de muchas maneras_
Me dan vértigo las consecuencias de mi error, si es que estoy cometiendo un error. No he dormido bien. Dormida o despierta he pasado la noche entera arreglando en mi imaginación los desperfectos de mi casa nueva, los estores de un blanco sucio y desgarrados han sido pintados con bellos paisajes; he arreglado la calefacción del baño con una llave inglesa; he limpiado el óxido de grifos y desagües con vapor; he pegado el abrepuertas de la lavadora con loctite...
No es la primera vez que salgo con un "simplón". No sé qué busco en ellos pero siempre llegan a mi vida en un momento complejo. Luego su vida les cambia a mejor, durante o después de estar conmigo.
A veces me nace decirle a Javier que le quiero. Me despierta la ternura y el deseo de abrirle un poco los ojos y el espíritu. Es un hombre inteligente con aspecto de bobo. Incurre en incoherencias que en mi vida siempre trato de evitar.
Ayer le hablaba a Javier de mis miedos, mi temor a enamorarme de verdad y que vuelva a suceder el abandono, el olvido, la traición... y todo eso. Le hablé de lo difícil que resulta volver a confiar y de hecho creo que no volverá a sucederme. No espero lo mismo. Cada emoción tiene guardado su momento, lo mismo que cada lugar.
He reflexionado mucho sobre lo que han supuesto estos dos años para mí y para todos los que han formado parte de mi vida y espero haber aprendido lo suficiente como para no volver a ser herida de la misma manera y, sobre todo, para no dañar a nadie.
Me dan vértigo las consecuencias de mi error, si es que estoy cometiendo un error. No he dormido bien. Dormida o despierta he pasado la noche entera arreglando en mi imaginación los desperfectos de mi casa nueva, los estores de un blanco sucio y desgarrados han sido pintados con bellos paisajes; he arreglado la calefacción del baño con una llave inglesa; he limpiado el óxido de grifos y desagües con vapor; he pegado el abrepuertas de la lavadora con loctite...
No es la primera vez que salgo con un "simplón". No sé qué busco en ellos pero siempre llegan a mi vida en un momento complejo. Luego su vida les cambia a mejor, durante o después de estar conmigo.
A veces me nace decirle a Javier que le quiero. Me despierta la ternura y el deseo de abrirle un poco los ojos y el espíritu. Es un hombre inteligente con aspecto de bobo. Incurre en incoherencias que en mi vida siempre trato de evitar.
Ayer le hablaba a Javier de mis miedos, mi temor a enamorarme de verdad y que vuelva a suceder el abandono, el olvido, la traición... y todo eso. Le hablé de lo difícil que resulta volver a confiar y de hecho creo que no volverá a sucederme. No espero lo mismo. Cada emoción tiene guardado su momento, lo mismo que cada lugar.
He reflexionado mucho sobre lo que han supuesto estos dos años para mí y para todos los que han formado parte de mi vida y espero haber aprendido lo suficiente como para no volver a ser herida de la misma manera y, sobre todo, para no dañar a nadie.