Ojitos coloraos
Mi hijo se ha portado hoy especialmente bien y me ha regalado más sonrisas y abrazos que nunca, como si me adivinara la tristeza. En una ocasión no he podido evitar que me viera llorar y me ha dado su chupete.
Me ha dado por pensar en las equivocaciones que he cometido y, si bien es cierto que errar es humano, también me siento hoy más humana que nunca. Me equivoco constantemente. Hoy me ha dado por pensar que casi todas las decisiones que tomo son erróneas, pero eso lo pienso hoy y lo pienso muchas veces en los últimos meses. Ese modo de pensar me paraliza tanto que algunos días soy incapaz de hacer nada y a veces me quedo sin comer porque no sé decidir lo que quiero comer.
El trabajo me resta muchas de estas estupideces y parece que me ha sentado mal eso de tener medias vacaciones y tener tan adelantado el trabajo que tengo que hacer desde casa.
Mi padre, un hombre simple para algunas cosas, ve una solución rápida a este estado de ánimo mío, su CDH: comer, dormir y hacer deporte. No niego que esta solución encierra gran sabiduría y que la mayoría de nuestros males se paliarían con eso, pero soy una mujer compleja y mucho me temo que su forma de aliviar mi tensión: "si te ves mal económicamente, siempre te puedes venir a vivir con nosotros" es la salida más estresante y angustiosa que conozco, porque es precisamente lo que he tratado de evitar desde que salí de casa.
Me da pánico la posibilidad de acabar regresando a vivir con ellos. Y no es que les odie, ni nos llevemos mal... es sólo que me sentiría atrapada, porque tienen un modo muy invasivo de quererme, que suele hacerme sentir anulada.
Pero no lloro por eso. La verdad es que no tengo ni idea de por qué estoy llorando hoy todo el día, por qué tengo los ojos colorados, la sonrisa invertida y el alma en los pies.
No es porque mi vida social sea absolutamente nula, mi mundo se haya reducido, mis amigos estén lejos, mis posibilidades laborales sean limitadas, mi monedero esté bajo mínimos, haya perdido la esperanza de encontrar, no ya al amor de mi vida, sino una aventura en condiciones, mis posibilidades de viajar sean también nulas y pase varias semanas sin hablar con nadie que no sea de mi familia o de mi trabajo y me sienta demasiado a menudo terriblemente sola. No es que me sienta frágil, poquita cosa, un poco inútil, un poco fea, un poco vieja, un poco torpe, un poco insegura, desprotegida, nerviosa, inquieta, triste....
La verdad, no sé por qué tengo hoy tantas ganas de llorar.